jueves, 8 de julio de 2010

Conan el Bárbaro - El poder del acero contra el poder de la carne

En ocasiones los prejuicios pueden llegar a ser un impedimento a la hora de descubrir una pequeña obra maestra. No he leído nada de Conan, ni las novelas ni la adaptación al cómic de Thomas o, posteriormente, Busiek (bueno, de este un par de cómics), lo único que conocía del personaje antes de ver este filme era la aberrante y aborrecible serie de animación que ni en mis años mozos lograba arrancarme una sonrisa. El caso es que han habido numerosos intentos de ver esta película, y todo porque pensaba que sería espectacularidad simple y desfasada. Hasta que, por fin, tras la lectura de ciertas críticas, me animé a verla entera dedicándole toda mi atención. Y la verdad, nunca en mi vida me he quedado más estupefacto.

Lo que parecía un filme de fantasía épica sin más se convirtió, prácticamente al instante, en una de esas joyas que hay que ver una y otra vez. No es sólo un relato de aventuras con el bueno de Arnold repartiendo estopa a diestro y siniestro, no, Conan el bárbaro es mucho más, es una crítica asombrosa contra la religión, el movimiento hippie y una oda hacia la fortaleza humana como pocas veces se ha visto. De hecho, irradia un feminismo que hace que quede ingenuo el de muchas películas actuales. En otras palabras, esta película de John Milius no enamora por sus combates, ni tan siquiera por sus escenarios o por su generosa dosis de violencia y sexo. No, es mucho más que eso, es poesía visual y jamás podría existir en estos tiempos que corren porque finiquita la trama de un modo un tanto inusual y repleto de simbología. Un modo que, hoy en día, sería boicoteado por los productores de turno, porque es lo menos comercial y fascinante que se haya visto nunca en el género. No es de extrañar, pues, que esta película desatara tantas pasiones y fuera artífice de numerosas (malas) copias en su momento.

Es, en definitiva, una rara avis del cine de aventuras que queda para el recuerdo gracias a su implacable propuesta, perfecto desarrollo y magnífica puesta en escena.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

nunca es tarde si la peli es buena... ;)

José M. García dijo...

Buff! John Milius en estado de gracia convirtiendo a Conan en un trasunto de Gengis Khan y prácticamente transformando al bárbaro de Robert E. Howard en un super-hombre nietzcheano (¡ese final!).

Eso sí, el gran salvador de CONAN EL BÁRBARO es Basil Poledouris. Recordemos que, consciente del bajo presupuesto con el que contaba, Milius le pidió al genial compositor que tenía que salvarle la peli aportando con su música la espectacularidad de la que carecía. El resultado es una de las más míticas bandas sonoras de la historia del cine.

Ovi-One dijo...

Pues Int, yo diría que la fotografía es lo suficientemente potente y fantástica como para resultar realmente poética y espectacular, completamente en consonancia con esa fantástica banda sonora.

Pero vamos, que me parece una película más que memorable, tiene un toque único que la hace especial.

by Atx dijo...

Esta es una de mis pelis favoritas, cada vez que la echan por la tele la veo, aunque sean las tantas... ^^

Anónimo dijo...

Deacuerdo con todo lo anteriormente dicho.Aparte de ver el film repetidas veces desde su estreno,la banda sonora es de lo mas espectacular.Un 10