lunes, 27 de septiembre de 2010

The Wire, temporada 3 - Antropología social

Con las terceras temporadas tengo cierto pánico. No me miréis así, yo no tengo la culpa de que cada serie que he visto hasta el momento haya tenido un bajón impresionante precisamente por esos capítulos. Me ha pasado con True Blood, con Héroes y Perdidos (Smallville no cuenta, me parece igual de espantosa en todas sus temporadas). Con The Wire no pensaba encontrarme con un fracaso estrepitoso, pero sí con algún bajón, ya por pura superstición. Sin embargo, con esta tercera he podido, por fin, saber de qué va realmente esta serie.

Y es que no va de policías y traficantes, ya sabíamos desde el primer capítulo que esto no iba de buenos y malos tratando de pisarse entre sí, pero uno creería que los traficantes y los policías eran los principales protagonistas. Pero no, la serie va del sistema, no gira alrededor de quién obtiene la victoria o quién es moralmente superior a quien, aunque dé algunas lecciones al respecto. Sino que funciona como una crítica visceral hacia nuestro imperfecto sistema legal, repleto de gente hipócrita que trata de sobrevivir en el mismo manteniendo su trabajo y su estatus social. En otras palabras, bienvenidos a la jungla social, a la experimentación del control no ya del dinero, sino de tus propios semejantes. Ver esta serie es como quitarse una venda ante las auténticas verdades del entramado y complejo mundo en el que vivimos, el que nosotros mismos hemos construido, del que no podemos salir porque siempre habrá quien nos recuerde que es imposible escapar si no es sumiéndose en la pobreza y decadencia más absolutas. Si no, que se lo digan a Bubs y a su colega.

Entre todo esto, Baltimore es cada vez más y más problemática. El crimen asciende, los políticos exigen números más bajos, algunos peces gordos se ven con el agua al cuello y presionan al resto para que obtengan resultados inmediatos, las esquinas están cada vez más frecuentadas por vendedores de droga y, para colmo, hay una terrible guerra de bandas propiciada por un Avon Barksdale que está dispuesto a reclamar lo que es suyo mientras Stringer Bell hacía la vista gorda durante su sustitución como capo del negocio. En otras palabras, Baltimore es un hervidero a punto de estallar, repleto de muertes y víctimas. Sorprende cómo caen hasta los personajes más importantes, algunos secundarios incluso reciben una solemne muerte natural, algo impropio en cualquier serie de cualquier tipo. Todo esto es lo que hace especial a The Wire, que entre todo este maremágnum socio-político, con tintes incluso antropológicos dentro de algún que otro experimento social que puede verse en esta temporada, aún es capaz de desarrollar a personajes tanto nuevos como viejos con una habilidad digna del mejor Houdini.

Poco más se puede decir. El desarrollo es, como siempre, una recta ascendente en donde todos los elementos se cuecen a fuego lento para acabar siendo postrados sobre la mesa con una elegancia inaudita. Los actores están perfectos dentro de sus papeles y es casi imposible imaginárselos fuera de esta serie (de hecho, cada vez que veo a Dominic West en cualquier sitio, mi cabeza dice: McNulty sin que yo lo quiera). Baltimore es mostrada de un modo más auténtico y como el mismísimo infierno en la Tierra según el lugar del que hablemos. Y la puesta en escena es digna de las mejores películas de mafia, con personajes cada vez más carismáticos e icónicos. A Omar pongo de ejemplo, cuyo silbido, forma de pensar, cicatriz, escopeta en mano e indumentaria hace que deseemos gritar lo que dicen entusiasmados los chiquillos del barrio que quieren ser como él.

Pero lo mejor es cuando un viejo cartel medio pegado en el puerto de Baltimore, que tiene escrito el lema de "Reelige a Frank Sobotka", nos arranca una pequeña sonrisa de complacencia. Cuando esto ocurre es cuando nos damos cuenta de que esta serie no es como las demás.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Celda 211 - El síndrome de Estocolmo

Últimamente parece que estoy acertando (también gracias a recomendaciones) a la hora de ver películas españolas, porque de un tiempo a esta parte me están gustando más de lo que podría imaginar, y pensar que hace tiempo no soportaba ni que me las mencionaran. Las dos partes de REC, Agora, Spanish Movie, Pagafantas, Fuera de Carta, el Orfanato, Camino, los Cronocrímenes... Todas, en mayor o menor medida, cumplen con su propuesta y forman un grupo muy agradable de filmes provenientes de este país del que estar bastante orgulloso. Cierto es que hay pocos sobresalientes o notables altos, pero casi podría decirse que, de vez en cuando, nos llevamos alguna sorpresa como la aquí expuesta.

Y es que la Celda 211 es un filme que navega entre el thriller y el drama carcelario, muy bien desarrollado e interpretado. Gran énfasis en lo segundo, ya que no sólo tiene un ritmo bastante ágil que mantiene el interés en todo momento, sino que los actores se preocupan por mantener al espectador bien interesado por todo lo que ocurre, ya que resultan creíbles en cada una de las situaciones por las que pasan. No sólo eso, sino que también es importante la manera en que se relacionan entre ellos, las personalidades, los intereses... todo varía a lo largo de una trama a contrarreloj en donde la supervivencia se convierte en la máxima prioridad. Y es que Juan, el protagonista que se ve metido de lleno en medio de un motín carcelario bastante peliagudo, no finaliza el filme como lo empieza, por lo que me gustaría destacar no sólo la muy admirada interpretación de Luis Tosar como Malamadre (que se merece esos elogios y más) sino también la de Alberto Ammann como el mencionado Juan, que tiene uno de los papeles más difíciles y, aunque al principio parece que no va a destacar, acaba realizando una interpretación muy destacable.

Por otro lado, el interés radica en el conocido síndrome de Estocolmo, en cómo uno puede llegar a identificarse con gente tan violenta y peligrosa si sufre una experiencia que no permite la vuelta atrás. Es cierto que a veces la trama puede ser un poco maniquea (el personaje de Resines es probablemente el peor en este aspecto, malo hasta la médula), pero lo cierto es que mantiene una ambigüedad bastante aceptable que se ve presidida sobre todo por un Malamadre con el que puedes llegar a identificarte, de la misma forma que lo hace Juan. 

En resumen, no es la octava maravilla, pero por su puesta en escena, su propuesta, la efectividad de sus intérpretes y el guión, bien merece un visionado o dos. Ojalá el cine español fuera siempre así de convincente.

lunes, 20 de septiembre de 2010

The Wire, temporada 2 - La triste historia del sindicato

En la crítica de la primera temporada expuse un par de fragmentos de diálogos entre los traficantes de Avon Barksdale. Esta vez no pondré ninguno, las razones las expondré más adelante.

¿Qué es lo que se suele hacer cuando una serie obtiene un éxito rotundo entre la crítica especializada y el público? Normalmente se tiende a potenciar lo que funcionó, dando más y mejor. Es decir, cuando se trata de la secuela de un filme de acción se añaden más personajes, más tiros y más explosiones. Si además la primera entrega tenía efectos especiales, estos había que multiplicarlos, lo que fuera con tal de mantener contento al público. Sin embargo, en el caso de The Wire no tenemos una segunda temporada que multiplique en nada a la anterior, excepto en personajes. Curiosamente casi todos los principales y los que mejor funcionaron (Bubs, por ejemplo) se convierten en meros secundarios con una trama no muy importante, haciendo acto de presencia sólo para que sepamos que están ahí y que su vida sigue, anticipándonos a un futuro en donde ellos tendrán algo más que decir. Pero que nadie se equivoque, los personajes nuevos son los que más importan en este caso, y para colmo están ubicados en un escenario completamente diferente. Las torres de Avon ya no son las protagonistas.

Por el contrario, bienvenidos a los muelles de Baltimore. El sindicato de los puertos se convierte en el lugar de los sucesos principal, con Frank Sobotka a la cabeza. Todo comienza con la trata de mujeres venidas del exterior de Estados Unidos, exportadas para la prostitución. Algo raro se cuece en los puertos, en donde el cabecilla del sindicato, el mencionado Frank, posee más dinero para ingresar en una Iglesia que el propio comandante de policía del distrito sureste: Valchek. Este último, movido por la envidia, la codicia y el orgullo, decide tomar cartas en el asunto y tratar de tenderle una trampa al primero por venganza, buscando al equipo que se encargó de desmantelar la operación de Barksdale para no fallar en el intento. De esta forma tan creíble, volvemos a tener a los principales protagonistas delante de una investigación que, irónicamente, no se convierte en la trama más relevante de la temporada, ya que acaba siendo más importante la empatía que puedas sentir por la gente del puerto, hombres trabajadores que se apoyan entre ellos (bueno, excepto en el pobre Ziggy, uno de los mejores personajes de la serie) aunque sea sobreviviendo con algo tan ilegal y peligroso como haciendo tratos con un peligroso mafioso europeo.

En otras palabras, los personajes nuevos distan mucho de ser cualquier cosa, son tan carismáticos y están tan bien escritos y desarrollados como todos aquellos que trabajaban con Avon, aunque no tengan tantas perlas de sabiduría como las mostradas en el "pozo" en la temporada anterior. Además, la mayoría no está en la serie para quedarse, ya que los capítulos cierran de una manera trágica y ciertamente desesperanzadora, en un mundo donde pese a que los policías triunfan, por desgracia, no lo hace la justicia, la cual permanece distante con sus ojos vendados. Pero todo esto no quiere decir que se hayan olvidado de Omar, Stringer, Avon, D´Angelo y demás, todo lo contrario, todos ellos permanecen en la serie mediante una subtrama que sirve como puente para la siguiente temporada, que parece anunciar una guerra de bandas entre el Este y el Oeste de Baltimore como pocas se han visto, traiciones incluidas. 

En resumen, esta temporada resulta extraña, parece otra serie dentro de una misma serie. Pese a contar con el mismo equipo de investigación, el contexto, el lugar y el protagonismo de los nuevos actores ofrece un giro nuevo y fresco, no se repite fórmula (de hecho, la misma investigación no resulta ni la mitad de compleja e interesante que la de Avon) y se arriesga con otros métodos, metiéndonos de lleno en una trama de traiciones, desesperación, impotencia y sueños. No es peor que lo que hemos visto, en capítulos anteriores ni tampoco mejor, es simplemente diferente, pero con la misma calidad. Es decir, sigue siendo muy recomendable y engancha como pocas. Ahora mismo estoy deseando ver la que se va a armar en los barrios de Baltimore. Menos mal que me pillan lejos y veré los sucesos desde una cómoda pantalla, no querría que una bala perdida llegara a mi ventana.

lunes, 13 de septiembre de 2010

True Blood Temporada 3 - Y llegó la decepción

True Blood me resultaba increíblemente entretenida e interesante, ya os comenté en anteriores post que estaba encantado con ese tratamiento encubierto dentro del género fantástico de algunos de los tabúes de la sociedad occidental actual con unos personajes carismáticos y tan bien desarrollados. No podía dejar de ver cada uno de los episodios, las tramas eran ocurrentes y primaba por encima de todo el desarrollo de los secundarios, siempre mirando hacia delante en cada una de las situaciones por las que pasaban, por mucho que éstas fueran irónicamente ácidas y repletas de humor negro. Es más, lo mejor es que enganchaba no por lo que ocurría, sino por las consecuencias. Al menos en sus dos primeras temporadas, claro.

Esta tercera comienza de maravilla, un secuestro de Compton y la aparición de nuevos vampiros que tienen mucho que decir. La sociedad vampírica se va perfilando cada vez más, vemos más reyes aparte de la de Louisiana, que ya conocimos en la temporada anterior, y además los hombres lobo hacen acto de presencia. Todo apunta a algo grande: guerra entre vampiros, un rey de Missisipi con hombres lobo en su poder, venganza por sucesos ocurridos en tiempos pretéritos, por fin sabemos qué es exactamente Sookie, un vampiro decide controlar a Tara, Jason quiere ser policía, Sam descubre quiénes son sus padres, el regreso de Lorena... Con todo esto, cualquiera diría que no íbamos a ver una bajada de calidad tras la sorpresa de los sucesos paranormales de la anterior y mejor temporada hasta el momento.

Por desgracia, no basta sólo con tener buenas ideas para presentar una buena historia, también hay que saber ejecutarlas. Ignoro si se debe a algún cambio en el equipo de la serie, no me he molestado en mirar si los guionistas han cambiado o simplemente los productores han metido prisa para finiquitar la temporada pronto. Lo que sí sé es que es muy brusca la bajada de calidad entre una y otra, sobre todo en lo que se refiere a la acumulación de tramas que se suceden sin ton ni son, ocurriendo cosas porque sí sin acabar de centrarse en ninguna. Lo peor es que los personajes han acabado irremediablemente dañados, han pasado de ser carismáticos a ser aburridos y monótonos. Tara, por ejemplo, ya no es la que era, es cierto que pasa por muchas fases, por situaciones realmente difíciles y dramáticas, pero lejos de que todo esto pueda significar algo, parece que estemos en todo momento presenciando lo muy mal que está y lo mucho que sufre sin más alicientes. Lo mismo ocurre con Sam, cuya familia acaba siendo intrascendente. Jason parece contraer cada vez más el síndrome "Homer Simpson", siendo cada vez más tonto y repelente. De los camareros del Merlotte´s Bar prefiero no hablar, porque son cada vez más surrealistas y hasta parecen caricaturizados. De todo el plantel de secundarios sólo salvaría a Jessica y a Hoyt, que prosiguen con su trama romántica nada pastelosa, creíble y realmente enternecedora. Probablemente la que mejor conserva el espíritu original de la serie.

Sookie y Bill son todo lo contrario, resultan más y más aburridos entre sus discusiones, descontentos y vuelta al ruedo. Una relación que ya recuerda a un mal culebrón venezolano que no va a ninguna parte y ya, desde luego, no resulta ni interesante ni creíble, ya no sostiene la serie. Con esa trama central dañada, el resto se cae. Los sucesos paranormales ya no resultan sorprendentes y los personajes nuevos poseen la regla no-escrita en la que deben ser o tener algo sobrenatural, por lo que acaba siendo frustrante que pretendan hacerte esperar una sorpresa que no es tal, porque ya lo ves venir con facilidad. Que eso es lo peor de todo, se ha roto por completo el sentido de la realidad en la serie, los elementos fantásticos ya son demasiados (la humanidad es una especie en extinción en esta serie, hasta los más normales acaban teniendo un pasado fantástico) y han sido metidos con calzador, la sutilidad se ha perdido y el factor sorpresa ha desaparecido por completo. En otras palabras, ya nada importa y los golpes de efecto o los giros (que son demasiados en esta temporada) se suceden sin orden ni concierto, sin dar respiro y sin aprovechar nada de lo que se ofrece sobre la mesa. Incluso la sociedad de vampiros es cada vez más absurda y no parece ni que puedan controlarse entre ellos. Todo es posible, pero para mal.

En otras palabras, una decepción y un cambio brusco con respecto a lo que estábamos viendo hasta el momento. ¿Dónde está el humor negro, el ingenio y el gusto por el detalle? ¿Dónde está True Blood y qué es esta serie de sucesos paranormales sin gracia?

domingo, 12 de septiembre de 2010

Cómo entrenar a tu dragón - Cómo hacer una gran película

La vida es una ironía constante. Siempre he estado interesado en las propuestas fílmicas de Dreamworks y Pixar, más por las del segundo estudio que por las del primero. Claras han sido las diferencias entre ambas compañías estos últimos años, donde hemos podido ver cierto agotamiento en la fórmula de gags y parodias sin mesura alguna mostrada por la compañía de Shreck, Madagascar y Kung Fu Panda, que ha terminado por agotar a muchos. Mientras que, por el contrario, la compañía de Up, Wall.E, Los Increíbles y Toy Story no deja de sorprender, subiendo el listón a cada nuevo proyecto, siempre con una imaginación desbordante y un talento inigualables. Y es entonces cuando me quedo perplejo ante la ironía: la película de animación 3D menos publicitada y menos comentada de Dreamworks, ha resultado ser la mejor, con diferencia, de toda su andadura hasta el momento.

Para empezar, por fin se rompe la tónica habitual de la dichosa sucesión de gags y personajes graciosos por doquier que siempre ha tenido la compañía. Ese estilo tan "Warner Bros" que unas veces acertaba y otras no (la mayoría, diría yo), con multitud de homenajes y caracterizaciones poco destacables (con el omnipresente aprendizaje con respecto a lo sucedido al final) que acababa agotando a mitad de película. En ese campo, considero que Madagascar 2 y Shreck son las más acertadas, pero el resto naufraga mostrando un producto competente pero poco sólido. Cómo entrenar a tu dragón, sin embargo, y como bien dijo un amigo mío: es el filme de la compañía del ogro verde "más Disney" de todos los que se han realizado hasta el momento. Con una historia típica pero muy bien ambientada, con buenos personajes que van más allá de estar ahí para ser graciosos y unos giros y detalles ciertamente sorprendentes. Pero lo mejor, lo que hace que brille por encima de muchas, es su mensaje, posiblemente el más acertado y mejor representado de cuantos se han visto en los últimos filmes de animación, no por encima de los mostrados en Up o Wall.E, pero prácticamente a la altura.

Y eso ya es mucho decir para una película que se disfruta durante casi todo su metraje con una sonrisa de oreja a oreja, y digo "casi todo" porque en los momentos donde no sientes ese disfrute juvenil tan agradable, sientes, paradójicamente, una impotencia y un sufrimiento por las situaciones por las que pasa el protagonista y su dragón que corroboran la implicación casi total que se puede llegar a sentir con una historia tan manida pero tan deliciosamente bien contada. Porque esa es la mejor de las fórmulas, contar algo con maestría a partir de una premisa vista, en un ambiente distinto, con unos personajes con los que implicarse emocionalmente, un gran mensaje, un desarrollo magnífico que nunca llama al aburrimiento y unos gags que apoyen la historia y no al revés. 

No se puede pedir más para la que puede ser la película más redonda de la compañía, inolvidable y con un carisma arrebatador. Ojalá sigan por este camino.

martes, 7 de septiembre de 2010

Origen - ese puzzle metalingüístico

Tras tanto tiempo deseando ver el filme, sin siquiera ver trailers (tan sólo el primer teaser que salió, que fue suficiente para hacerme a la idea de que Nolan estaba apuntando alto), evitando la sinopsis, buscando la manera de esquivar todos los spoilers posibles y tratando de conocer muy superficialmente las opiniones de los demás, puedo decir que llegué a ver la película prácticamente sin saber nada. Y la verdad es que ha sido una experiencia gratificante, pues creía que el director iba a realizar otra complejidad argumental al estilo Memento, sin demasiada acción y mucho diálogo en esas dos horas y media que sí sabía que duraba el filme. Pero aunque no se quede parca en cuanto a contenido verbal, lo cierto es que podría decirse que estamos ante un frenético filme de acción y ciencia ficción como pocos se han visto.

Y es que eso es lo mejor, Nolan es capaz de filmar una aventura vertiginosa y dinámica dentro de unos parámetros realmente originales, pese a que el tema de los sueños y las diferentes capas de los mismos ha sido tratado numerosas veces, pero nunca de la manera en que lo ha hecho este director. De hecho, muchos comparan esta obra con Matrix o Dark City, pero yo me atrevería a decir que, pese a sus toques puramente noir (esa femme fatale que aparece de vez en cuando, curiosamente en escenas con reminiscencias a la saga  de James Bond, que tanto gusta al director) está más cercana a realizaciones de Verhoeben como Desafío Total, donde el sueño también tiene su importancia y la acción es incesante. Esto último lo comento porque es sorprendente el pedazo de clímax alargado durante cerca de una hora que el director es capaz de desarrollar entre sueño y sueño, como si fuese un intrincado puzzle de situaciones a contrarreloj repleto de momentos límite. Sólo por esto, Origen ya es una joya que merece la pena ver.

Pero es que aparte nos deja con la maravilla de la incertidumbre, ya que Nolan se atreve a no aclararnos el final, mostrándonos un desenlace abierto en donde cualquier teoría podría ser posible. Esto sería algo negativo si no fuera porque la película tiene una serie de reglas a seguir que se respetan en todo momento, lo cual quiere decir que, especialmente tras varios visionados (me sé de más de uno que va a quemar el DVD o el Blue-Ray de tanto intentar averiguar la teoría más objetiva), se puede obtener una explicación plausible de lo que ocurre basándose en las diferentes pistas que deja la historia. Una historia que se convierte, como ya he dicho antes, en un puzzle desde el primer momento en que se niegan a explicarnos con pelos y señales lo que verdaderamente ocurre al final, por lo que nuestra percepción sobre la misma cambia por completo y probablemente no la sigamos de la misma forma otra vez.

Si a todo esto le sumamos una historia apasionante, unos personajes muy bien trazados (e interpretados, aunque DiCaprio parezca el mismo de Shutter Island), unos efectos impresionantes (y más intensos e inmersivos que cualquier cosa que se haya visto en 3D durante todo el año) y la extraña y constante sensación de estar siempre atrapado en un mismo sueño a varios niveles que nunca acaba, debo decir que Nolan lo ha conseguido otra vez y ha vuelto a dejarnos algo para el recuerdo.

sábado, 4 de septiembre de 2010

La milla verde - La milla larga y eterna

Hay que veces que ser sincero con la opinión de uno mismo resulta difícil, ya que no es fácil enfrentarse a la opinión generalizada sobre una obra de un director admirado, un actor apreciado y un escritor consagrado. Es el caso de la Milla Verde, un filme que pretende ser conmovedor y que ha cosechado numerosas críticas positivas, con multitud de admiradores que han llegado a valorar esta adaptación como una más que loable, fiel y atractiva versión fílmica de la historia escrita por Stephen King. En otras palabras, Darabont jugó bien sus cartas y en su segunda, que no última, adaptación de una novela de King se cubrió de gloria, quizá a un nivel de aceptación similar o superior al que obtuvo con la más que notable Cadena Perpetua. Sin embargo, no todo ello quiere decir que la película que nos ocupa sea infalible y tenga que gustar a todo el mundo.

Yo soy el pobre desdichado que lejos de disfrutarla la ha soportado. Es decir, han sido tres horas seguidas en las que se han ido sucediendo una serie de escenas sobre milagros, buenos muy buenos y malos muy malos en donde apenas pasa nada de relevante interés, todo gira alrededor de un supuesto nuevo mesías que tiene la mala suerte de caer en el anonimato de la Milla. Todo predecible, fácil y plano, nada sorprende porque desde el primer momento en que presencias los milagros y sabes cómo son los personajes ya nada cambia a partir de ahí, todo permanece tal cual y sucede como cabe suponer, a cuentagotas y explicando con pelos y señales cada una de las situaciones que falten por explicar de la trama. La época de la gran depresión no se trata, los protagonistas viven de maravilla y son las personas más maravillosas del mundo: colaboradores, altruistas, amables y sensibles. Oh sí, los primeros planos llorosos de los mismos se muestran por doquier y las lágrimas recorren esas mejillas si no están lanzando una mirada de lástima que Hanks parece tener muy entrenada, hasta el punto de tener el ceño inamovible.

Es, en definitiva, una historia plana, monótona, maniquea y muy superficial. Has de entrar en su juego emocional nada sutil para poder disfrutarla. Si no eres capaz de implicarte en lo que sucede es realmente imposible permanecer entretenido las tres largas horas de dura el filme. Lo único que podría destacar es la gran interpretación de Duncan como Coffey ("como el café, pero se escribe diferente", esa coletilla, repetida cerca de cinco veces, es una muestra de lo repetitiva y cargante que llega a ser la película), quien resulta creíble y realmente carismático. Es una pena que, sin embargo, siempre permanezca exactamente igual durante todo el metraje, no hay que ser muy avispado para comprobar que su única aportación en la trama es la sucesión de los milagros que sólo sirven para quererlo mucho y odiar más al malo malísimo que pone todo su empeño en ser ridículamente detestable. Otra cosa a destacar serían las ejecuciones, que al menos están muy bien rodadas.

Pero la verdad es que lo negativo supera en mucho lo positivo, y considero este el peor filme de su director y una historia terriblemente desaprovechada y excesivamente complaciente consigo misma. Hay gente que dice que hay que "sentirla", pero es que considero que no me ha dado facilidades para ello.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Repaso del semestre 2010: Marvel (2)

Seguimos con las series que compro mensualmente de Marvel. Que la gente no se me asuste, porque de DC sólo sigo Green Lantern (en pleno crossover ahora, sigh) y de manga One Piece (que llega de higos a brevas) y Monster, que ya ha acabado su reedición. Así pues, aparte de las siete series mencionadas en el post anterior, están estas otras seis:

-Astonishing X-men. Ellis es lento y raro en esta serie, lo sé. Sin embargo, caracterizando a los personajes está siendo realmente sorprendente, dejándonos a la mejor Ororo que he tenido la oportunidad de leer en décadas (no me habléis de la de Claremont, para mí era un cliché andante), con el mejor tratamiento posible de su relación con Emma Frost. Aparte, el dibujo de Bianchi me encanta y las ideas me parecen originales e ingeniosas. Que falle el desarrollo me parece un mal menor a la hora de seguir esta curiosísima serie, que de vez en cuando sorprende y está libre de escenas mil veces vistas, que es el mal de esta franquicia.

-4 Fantásticos. Dejé esta serie desde que metieron en ella la colección de Marvel Knights: 4 y no me volví a interesar por ella hasta la llegada de Hickman. Y la verdad, para haber visto sólo una saga y un número, por ahora veo muchas razones para quedarme durante esta etapa. Ya ha presentado buenas ideas, buenos diálogos y situaciones interesantes. No me parece todavía la panacea que muchos predican, pero desde luego merece la pena relajarse y ver qué nos deparará para el futuro, ya que tiene toda la pinta de ir a más gracias al buen hacer de un escritor que presume de pensar a muy largo plazo. Veremos si por fin la primera familia de la editorial logra salir del estancamiento, aunque sea repitiendo viejas fórmulas con un desarrollo distinto.

-Guerreros Secretos. Aunque la colección anterior me tiene bastante satisfecho, no puedo decir del todo lo mismo con esta. Tiene grandes y geniales ideas, pero están truncadas por un desarrollo algo irregular y repleto de cabos sueltos muy forzados. Aparte, aunque la primera saga era frenética y muy divertida, creo que esta segunda que acabamos de presenciar deja mucho que desear, ya que dedica demasiados números a una batalla algo descafeinada sólo para acabar con una buena conclusión que no justifica tanta acción intrascendente. Quizá sea que aquí, las consecuencias del Reinado Oscuro, se tornan demasiado repetitivas con respecto a lo mostrado en otras colecciones y poco interesantes.

-Vengadores Oscuros. Extraña serie, no puedo decir que no me guste y no me sorprenda muchas veces, especialmente a lo que tiene que ver con el Vigía y las nuevas revelaciones. Además, la última saga, dedicada al Hombre Molécula, más terrorífico y peligroso que nunca, casi podría justificar la compra de la misma. Pero la verdad es que al final va a saber a poco, debería ser la serie central del Reinado Oscuro y da la impresión de que se quedará en varios números cojonudos (eso sí, muy cojonudos) y poco más. Ya veremos cómo cierra cuando llegue Asedio, pero es que voy a echar de menos a este equipo tan atípico.

-Thor. Demasiado relleno está teniendo últimamente y lo de Straczynski ha sido cortado de una forma demasiado forzada y prematura. Auguraba un final terrible para la etapa que está a punto de acabar, pero por suerte el sustituto del guionista que la ha estado forjando todos estos meses ha procurado ser bastante continuista y en un sólo número ya ha demostrado que puede coger sobradamente las riendas, sin ser tan notable en cuanto a diálogos, pero por lo menos fiel a lo que se ha ido viendo hasta el momento. Por desgracia es inevitable pensar en lo que pudo ser y no ha sido, que es un mal que arrastrará hasta que comience la nueva etapa de Fraction y Ferry, que persigue un enfoque y unas ideas opuestas a lo que estamos presenciando.

-Nuevos Vengadores. Mi serie preferida, mes a mes. ¿Qué puedo decir? Me encanta este equipo, me parece realmente divertida la unión entre personajes tan variopintos como Cage, Jessica Jones, Stephen Extraño (en su identidad civil), el Doctor Vudú, Spider-man, Clint Barton, SpiderWoman, Pájaro Burlón, Miss Marvel y demás. En mi opinión, es un festín mensual realmente divertido, con ese tira y afloja continuo con Osborn y sus Vengadores Oscuros. Para mí es lo mejor del Reinado y lo echaría mucho de menos si no fuera porque va a seguir adelante con los mismos autores. Y es que Immonen, además, ha sido una incorporación fantástica, probablemente el mejor dibujante de la serie durante mucho tiempo. Ojalá este equipo dure mucho tiempo y siga sorprendiéndonos con situaciones tan variopintas y diálogos tan ingeniosos. ¿He dicho ya que me encanta?

Y ya está, que no es poco. Mi conclusión tras hacer el análisis es que sigo demasiadas colecciones, y ya sé que tampoco eran necesarios estos posts para llegar a ello. Pero es excesivo el gasto mensual, un gasto que no me compensa en exceso y que noto cada vez más mes a mes, especialmente cuando quiero comprarme un tomo y ya no me llega el dinero. Aparte, hay muchas series que quiero seguir y que seguramente me "llenen" más que estas dichosas grapas, que son una droga difícil de eliminar. Por suerte, de todas las series mencionadas, muchas van a acabar una etapa (oportunidad para abandonarlas) o van a acabar diréctamente (caso de Vengadores Oscuros, Ultimates, Astonishing X-men o Guerreros Secretos), por lo que espero reducir el grifo mensual.

En definitiva, espero que os haya gustado el repaso y no dudéis en decirme en los comentarios qué series seguís. Tampoco me importa que hagáis publicidad de vuestros blogs si estáis haciendo listas similares.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Repaso del semestre 2010: Marvel (1)

Últimamente parece que sólo hable de los medios audiovisuales: que si cine por aquí, que si alguna serie por allá... Y he descuidado demasiado mi otra y principal afición: los cómics. La razón no es otra que la falta de temas de que hablar, el cómic mensual de grapa no da para dedicarle un post, y si tuviera que hablar de cada una de las sagas que leo me volvería loco. Pero mira por donde encuentro un día en Welcome to the Suck de mi colega Oneyros un post dedicado a las series que sigue mensualmente y me encanta la idea. Así pues, espero que no le importe que se la plagie, porque allá voy:

-Ultimates. Empezamos con el bodrio del semestre. Mira que me gustaron los dos primeros volúmenes de Millar, mira que iba advertido del despropósito de Loeb y por ello pasé de la colección en su momento, mira que ni siquiera me preocupé por Ultimatum. Pero la verdad es que nada me preparaba para el desastre argumental y de intenciones que estoy presenciando en esta nueva saga junto a Pacheco, que no sé si será por el entintador pero está más flojo que nunca. Si a esto sumamos a un Millar que parece más preocupado por provocar y soltar barbaridades que por escribir una historia interesante y coherente, pues diré que es lo peor que sigo estos meses. Para mí esta colección tiene los días contados.

-Ultimate Spider-man. El ying y el yang, si comparamos esta serie con la anterior. Esta colección de Brian Michael Bendis que comienza una nueva andadura tras el desastre de Ultimatum siempre ha sido bastante aceptable a todos los niveles. Unos personajes fascinantes que evolucionan, un mundillo alrededor del protagonista que nunca permanece quieto, unos villanos interesantes y con carisma, argumentos bien pensados y a largo plazo... Lo que se dice una serie a seguir. Hay que reconocer, sin embargo, que esta nueva andadura junto al genial Lafuente no está siendo la mejor, pero apunta maneras en cuanto a los cambios que está sufriendo el status quo de la serie. Habrá que permanecer atento a ella.

-Lobezno. Una serie que había dejado hace bastante tiempo y que la he retomado gracias a un guionista: Jason Aaron. Su serie de Weapon-X (editada en esta colección) es de lo mejorcito que pueda leer uno del canadiense de las garras en muchísimo tiempo. Sé que tampoco es mucho decir, pero lo cierto es que las sagas, aparte de ser variadas y muy autocontenidas, son excepcionales y nada típicas, es de lo más recomendable del mes. La otra serie que sale editada en esta cabecera no es ni por asomo tan buena, Lobezno Orígenes de Daniel Way. Sin embargo, sigue siendo mejor que lo que venía ofreciendo la serie en España y por lo menos se atreve a indagar en cabos sueltos de la continuidad del personaje, arreglando el despropósito que hizo Loeb con su pasado en Lobezno: Evolución. En definitiva, que la mezcla es algo irregular, pero comparado con lo que la serie venía ofreciendo... es un lujo.

-X-Force. He aquí la colección que no sé por qué sigo. Nunca me ha llegado a convencer del todo la gratuidad con la que es tratada aquí la violencia y las muertes a mansalva, con unos personajes pasados de rosca y un confuso dibujo de Crain que me está volviendo loco en el peor de los sentidos. Cuando dibuja Chen ya es otra cosa, pero lo cierto es que no sé qué rumbo pretende seguir la serie y han sido espantosos los crossovers: tanto la insoportable Guerra del mesías como Necrosha, que me parece la gemela fea de La noche más oscura (de Green Lantern). Si no fuera porque no queda mucho para que se vayan sus autores y vengan unos nuevos, ya la habría dejado hace un par de números.

-X-Factor. Me gustan las ideas de Peter David y los diálogos, así como los personajes de la serie. Lo malo es que el desarrollo de los argumentos está siendo excesivamente lento y poco atractivo, si a ello le sumamos un penoso grupo de dibujantes que no son capaces para nada de ensalzar la épica que la serie necesita o su toque noir... Encontraremos que estamos ante un caso bien extraño, una serie algo irregular que sin embargo tiene los golpes de efecto necesarios como para seguir con ella. Aparte, los personajes y su mundo evolucionan, lo que le da un plus de calidad que otras colecciones no tienen.

-X-men Legado. Temía que el nuevo enfoque con Pícara de protagonista afectara seriamente a la serie, y más tras haber leído tantas críticas negativas sobre dicho nuevo rumbo. Y es que esta colección es mi favorita de los mutantes desde que acabó El complejo de mesías, desde que Carey puso de protagonista a Xavier y se marcó una no muy extensa etapa que para mí ya debería permanecer en el recuerdo como una de las más redondas e interesantes que se haya visto en esta colección. Esta primera saga con Pícara y Emplaca de protagonista y antagonista respectivamente, no me ha defraudado, es más, me ha encantado y creo que el guionista sigue en racha, al menos por el momento. Ojalá no decaiga y siga siendo ese referente que muchos deberían seguir.

-Patrulla-X. La serie más polémica. A pocos gusta mucho y a muchos gusta poco. Yo soy el "ni fu ni fa", Fraction no me apasiona, ni muchísimo menos, pero tampoco me parece tan horrible o equiparable a Austen como dicen muchos. Es cierto que a veces se iguala a dicho guionista en cuanto a diálogos se refiere y que Greg Land como dibujante no ayuda nada. Pero si dijera que no estoy disfrutando la serie desde Utopía... lo cierto es que mentiría. Vale, algunos defectos siguen ahí, pero me gusta la manera en que se están enfocando algunas cosas y las ideas del guionista. El desarrollo y tratamiento de personajes no es perfecto, pero tampoco tan despreciable. Digamos que, por el momento, puedo darme con un canto en los dientes, sabiendo que al menos la disfruto, que es más de lo que puedo decir de otras series más valoradas.

Y eso es todo por hoy, próximamente la otra mitad de lo que sigo y la conclusión.