martes, 7 de septiembre de 2010

Origen - ese puzzle metalingüístico

Tras tanto tiempo deseando ver el filme, sin siquiera ver trailers (tan sólo el primer teaser que salió, que fue suficiente para hacerme a la idea de que Nolan estaba apuntando alto), evitando la sinopsis, buscando la manera de esquivar todos los spoilers posibles y tratando de conocer muy superficialmente las opiniones de los demás, puedo decir que llegué a ver la película prácticamente sin saber nada. Y la verdad es que ha sido una experiencia gratificante, pues creía que el director iba a realizar otra complejidad argumental al estilo Memento, sin demasiada acción y mucho diálogo en esas dos horas y media que sí sabía que duraba el filme. Pero aunque no se quede parca en cuanto a contenido verbal, lo cierto es que podría decirse que estamos ante un frenético filme de acción y ciencia ficción como pocos se han visto.

Y es que eso es lo mejor, Nolan es capaz de filmar una aventura vertiginosa y dinámica dentro de unos parámetros realmente originales, pese a que el tema de los sueños y las diferentes capas de los mismos ha sido tratado numerosas veces, pero nunca de la manera en que lo ha hecho este director. De hecho, muchos comparan esta obra con Matrix o Dark City, pero yo me atrevería a decir que, pese a sus toques puramente noir (esa femme fatale que aparece de vez en cuando, curiosamente en escenas con reminiscencias a la saga  de James Bond, que tanto gusta al director) está más cercana a realizaciones de Verhoeben como Desafío Total, donde el sueño también tiene su importancia y la acción es incesante. Esto último lo comento porque es sorprendente el pedazo de clímax alargado durante cerca de una hora que el director es capaz de desarrollar entre sueño y sueño, como si fuese un intrincado puzzle de situaciones a contrarreloj repleto de momentos límite. Sólo por esto, Origen ya es una joya que merece la pena ver.

Pero es que aparte nos deja con la maravilla de la incertidumbre, ya que Nolan se atreve a no aclararnos el final, mostrándonos un desenlace abierto en donde cualquier teoría podría ser posible. Esto sería algo negativo si no fuera porque la película tiene una serie de reglas a seguir que se respetan en todo momento, lo cual quiere decir que, especialmente tras varios visionados (me sé de más de uno que va a quemar el DVD o el Blue-Ray de tanto intentar averiguar la teoría más objetiva), se puede obtener una explicación plausible de lo que ocurre basándose en las diferentes pistas que deja la historia. Una historia que se convierte, como ya he dicho antes, en un puzzle desde el primer momento en que se niegan a explicarnos con pelos y señales lo que verdaderamente ocurre al final, por lo que nuestra percepción sobre la misma cambia por completo y probablemente no la sigamos de la misma forma otra vez.

Si a todo esto le sumamos una historia apasionante, unos personajes muy bien trazados (e interpretados, aunque DiCaprio parezca el mismo de Shutter Island), unos efectos impresionantes (y más intensos e inmersivos que cualquier cosa que se haya visto en 3D durante todo el año) y la extraña y constante sensación de estar siempre atrapado en un mismo sueño a varios niveles que nunca acaba, debo decir que Nolan lo ha conseguido otra vez y ha vuelto a dejarnos algo para el recuerdo.

2 comentarios:

José M. García dijo...

Para impresionante el cartel que ha elegido usted. ORIGEN tiene un buen número de carteles diferentes, y casi todos muy buenos, pero el elegido para esta entrada es simplemente asombroso.

Ovi-One dijo...

Siempre busco el mejor cartel para cada película, me haya gustado o no. Me alegro de que con esta acertara.