Pese a que el título puede confundir, este texto no trata sobre la calidad de los cómics de antaño con los de ahora, ni tan siquiera pretendo tratar el dichoso "decomprensive storytelling" (para los que no lo sepan: historias alargadas durante varios números, para su posterior publicación en tomo) y ni mucho menos quiero hacer un ejercicio de estilo sobre la narrativa cinematográfica que podemos ver ahora frente a la de antaño. No, de lo que me voy a centrar es del tono de las historias de superhéroes actuales. Hablando con cierto librero, le pregunté si los "Mortadelos" seguían vendiéndose, para mi sorpresa me encontré con que siguen teniendo una aceptación más que destacable. Entonces, de un tema saltamos a otro y llegamos a la conclusión de que si Mortadelo vende no es sólo por méritos propios, sino también porque hoy en día no tiene rival alguno en cuanto a cómics infantiles y juveniles se refiere.
Y esto no es porque el cómic de superhéroes de toda la vida sea malo o peor que el Mortadelo, sino porque hoy en día es poco accesible para cualquier chaval aficionado a Ben10 o cualquier serie similar. La continuidad no tiene nada que ver, los guionistas se las apañan de maravilla para iniciar etapas donde pocas veces tienes la sensación de haberte perdido algo realmente gordo, consiguen crear puntos de partida perfectos en todas las colecciones que tocan para que nadie pueda perderse. El problema radica en el tono de las historias actuales, más pesimistas, más políticas, más violentas y, sobre todo, más incomprensibles para un chaval que sólo busca tortas y la simplicidad del bueno contra el malo.
Todo esto no quiere decir que los cómics de antaño fueran más infantiles, ni muchísimo menos. Muchos de los temas más controvertidos que se tratan ahora en cualquier cómic ya estaban antaño, lo que pasa es que se combinaban con las que podemos llamar "historias de siempre", donde el malote de turno tenía un plan que el prota debía deshacer en poco tiempo. Mientras, podrían haber críticas de la política estadounidense, quizá alguna alegoría sobre lo mala que es la guerra, la violencia de género, el sida o incluso la intolerancia. Pero claro, todo esto casi siempre en un segundo plano, las tortas seguían teniendo casi todo el protagonismo dentro del cómic.
Es algo en que me he fijado hace poco, no es que los cómics de ahora sean mucho más transgresores o adultos, es que actualmente no se rigen en un esquema que antes parecía sagrado, donde la aventura superheróica de turno siempre debía estar presente. Ahora ya todo depende de las inquietudes del guionista de turno, no tiene porque tratar la batallita típica, aunque eso no quiera decir que no existan hoy en día. Esto no es ni bueno ni malo (aunque para un servidor sí le parece algo positivo, más que nada por defender la libertad artística del escritor), pero lo cierto es que todo esto, junto al hecho de que el Comics Code Authority ya no existe como tal, ha provocado que haya muy poco material para un infante en cuanto a superhéroes se refiere. Existen algunas series que pretenden ir dirigidas a este tipo de público pero, curiosamente, nunca aguantan mucho tiempo en el mercado.
¿Vosotros qué pensáis? ¿Preferís este tono más libre o el esquema de antaño que permitía crear cómics realmente para todos los públicos? Yo ya me he posicionado y creo que me gusta más lo de ahora, hablando en general, claro, ya que en asuntos de calidad no me meto.