Desde Los Increíbles (sí, incluyendo a la menospreciada Cars) Pixar posee una racha realizando largometrajes animados que raya el sobresaliente y alcanza lo sublime en películas como Wall.E o Ratatouille, probablemente dos de las más originales, sobrecogedoras y atípicas que hayan realizado jamás. Pero lo cierto es que la compañía ya realizó dos grandes trabajos con las dos entregas que nos dejaron de Toy Story. Quizá sean más "ligeras" y simpáticas, sin la profundidad de las últimas joyas que nos han dejado, pero no cabe duda de que quedaron en el recuerdo del espectador. Cuando dijeron que pensaban realizar una tercera parte, algunos temimos una caída de calidad, o al menos un trabajo correcto pero meramente alimenticio, sin la maravilla de la que últimamente nos tienen tan acostumbrados.
Hay veces en las que me alegro de estar muy equivocado.
Para empezar, el filme es un prodigio del ritmo. No decae en ningún momento, no da respiro y da la impresión de que cualquier cosa que se muestre, cualquier diálogo y cualquier situación es importante. Desde la primer escena, todo es trascendente para los muñecos protagonistas: Andy se ha hecho mayor, ya no juega tanto con ellos y, cuando la madre decide realizar una limpieza de su habitación, se comete un grave error y los muñecos, de una forma u otra, acaban llegando a una guardería que podría describirse como un terrorífico infierno. Con una propuesta tan sencilla, la historia desprende un ingenio envidiable en todos los minutos que dura el largometraje, tanto es el aprovechamiento de todos sus elementos que incluso parece hasta fácil hacer algo bueno con todos ellos.
Logra combinar el drama, el humor, el suspense y la tensión con una maestría digna del mejor entretenimiento posible. Los personajes no sólo mantienen su esencia, sino que la exprimen al máximo. Todos están fantásticos, es fácil volver a cogerles cariño y ríes con ellos, sufres con ellos, deseas lo mismo que ellos y, sobre todo, formas parte de su universo en los minutos que dura la impresionante travesía, repleta de enormes momentos, personajes nuevos fantásticamente insertados (atentos a Ken y a cierto gran villano) e historias memorables. Además, por si todo esto fuera poco, el diseño de personajes y escenarios es fabuloso y la calidad técnica ha mejorado tanto que el mundo de los muñecos nunca ha sido tan real. Por no hablar de la expresión de los personajes, más vivos que nunca y con unas interpretaciones que ya quisieran muchos actores de carne y hueso.
Además, es fácil identificarse con Andy, ese amigo con el hemos crecido todos: En 1995 (año del estreno de Toy Story) muchos eramos tan niños como él. En 1999 (Toy Story 2) crecimos un poco. Y ahora, en 2010, muchos somos adultos, hemos crecido un poco más que Andy, pero Pixar aún es capaz de sacar al niño que tenemos dentro. Aún es capaz de hacer que nos importe más el destino de unos muñecos de lo que jamás pudo importarnos la muerte de un personaje real del celuloide.
Eso, señores, es pura magia. Esta entrega hace que nos encontremos, muy probablemente, con la mejor trilogía de animación que se haya realizado jamás.
5 comentarios:
es...perfecta
Pura magia, tu lo has dicho, he de reconocer que por momentos me emociono de verdad, al borde de la lagrima, en otros me hizó reir a lo bestia y en otros realmente me estemecio, la mejor peli que he visto este año; por cierto muy buena critica.
Para mí también es la mejor película que he visto este año. Me he reído como nunca en una sala de cine, he sufrido muchísimo por los personajes y finalmente me he aguantado la lágrima por no ser el único que la derramase en una sala llena de niños. Pero es perfecta. Para mí una auténtica obra maestra y quizá, siendo muy difícil atreverme a afirmarlo, la mejor película Pixar que ha visto un servidor. Desde luego no la mejor trilogía de animación, eso es quedarse corto, para mí una de las mejores de la historia del cine. Y sin ningún rubor, y siendo incomparables, me atrevería a situarla cerca de El Padrino. Ahí queda eso.
Gracias Andy, gracias chicos. Volveremos a vernos el año que viene :-) .
Hay unanimidad, por lo que veo. Todavía no he encontrado a nadie (ni por internet ni en persona) al que no le haya gustado la película, me parece que nunca había visto nada semejante.
Lo de las comparaciones con El Padrino, supongo que se refieren a la calidad, pero ni siquiera estoy de acuerdo con ello, las dos primeras de la saga de Coppola son muy superiores en todo a cualquiera de las 3 de Toy Story. En otras palabras, creo que es una comparación muy injusta.
Bastante tiene ya con que sea la mejor trilogía animada que se haya hecho hasta el momento. Y una de las mejores del cine, en general.
A mi me encantó sobretodo el final! Que casi lloro, me volví a sentir como una niña ^^
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