-Tío, el que haya inventado esto [refiriéndose a las croquetas de pollo] es un genio. -¡Claro que sí! -El desgraciado le sacó el hueso al maldito pollo. Antes de él, la gente masticaba patas de pollos y se engrasaban los dedos. Le dijo "adiós" al hueso. Metamos la carne en croquetas y hagamos un buen dinero. -¿Crees que le pagaron? -¿A quién? -Al que inventó las croquetas. -Ganó pasta para cagarse. [Entra otro personaje en la conversación] -¿Por qué? ¿Crees que le dieron un porcentaje? -¿Por qué no? -Por favor, hermano, el hombre que inventó estas cosas es un pobre tipo en el sótano de McDonald´s que piensa cosas para que sus jefes ganen dinero. -No, tío, eso no estaría bien... -A la mierda el bien. No importa lo que está bien, sólo importa la pasta.¿Crees que Ronald McDonald va a bajar a ese sótano para decir: "Sr. Croqueta, es usted lo más"? [...] Tonterías, el tipo que inventó esas cosas aún trabaja en el sótano por un sueldo normal pensando en algo para que las patatas fritas sepan mejor. Creedme.
-Estos son los peones [hablando sobre el ajedrez]. Son como soldados. Se mueven así, sólo un espacio hacia delante excepto cuando pelean. Entonces es así o así. Y son como el frente de batalla, están siempre peleando. -¿Y cómo te conviertes en rey? -No se trata de eso. Mira, el rey es el rey, ¿de acuerdo? Todo permanece igual excepto por los peones. Si un peón llega hasta el lado contrario del tablero se convierte en reina. Y como dije, la reina no es ninguna boba. Ella tiene todos los movimientos. -Bien, entonces... ¿si llego hasta el otro lado, yo gano? -Si atrapas al rey del otro tipo, entonces ganas. -Pero si llego hasta el otro lado soy el líder. -No, no es así, mira. En el juego, a los peones se los cargan fácilmente, salen del juego muy rápido. -A menos que sean unos peones inteligentes.
No suelo comenzar los posts con extractos de diálogos de series, películas o cómics. Pero lo cierto es que esta ocasión bien lo merece. Hace cuatro años, cuando apenas me interesaban las series o no les prestaba atención, cuando sólo me preocupaba por ver la nueva temporada de Héroes o seguía Perdidos en la televisión porque no tenía nada mejor que hacer, me recomendaron una serie muy extraña que no iba de nada muy concreto, tan sólo de personajes intentando cumplir con sus quehaceres sin maniqueos de ningún tipo. Así fue como intentaron recomendarme The Wire (Bajo escucha en España).
Y la verdad es que el mundo de la propia serie, su universo y sus propios habitantes, tiene tanta personalidad y resulta tan reconocible todo que resulta sencillo dejarse llevar por esos lugares tan lejanos en espacio y a la vez tan cercanos a nosotros en cuanto a naturaleza humana se refiere. Lo primero que llama mucho la atención es que es una serie que jamás va a lo fácil, que si no vas predispuesto a seguirla con el suficiente interés y concentración puedes perderte partes vitales de la trama con una facilidad inusitada. Todo es importante, ningún personaje sobra, todos los diálogos pueden llegar a ser cruciales para el desarrollo de la investigación principal (por la que gira toda esta primera temporada) y sobre todo proféticos.
Esa es la mayor maravilla de la serie, que hasta la conversación más banal, ya sea sobre ajedrez o croquetas de pollo en el pútrido sofá naranja del patio de las torres de Baltimore, puede ser más importante que la acción en sí. Una acción que viene dosificada y cuando debe, jamás destacando por encima de las conversaciones o las demás pesquisas de los personajes. Unos personajes que se encuentran sumergidos en una trama coral donde todos se entrelazan con la misma importancia que cualquiera, en donde cualquier comentario ingenioso puede llegar a ser determinante para esa peligrosa partida de ajedrez entre detectives, policías, miembros del FBI, traficantes, ladrones, drogadictos y toda esa fauna urbana que jamás se pintó con unos colores tan pálidos, crudos y realistas. Tanto que incluso parece que la historia no avanza en los primeros capítulos, para luego sorprendernos con la manera en que se ha cocido a fuego lento los diferentes ingredientes de esta compleja y enmarañada red de mentiras, intereses y ambigüedad por los cuatro costados.
Lo que se dice la vida misma. Permaneceré atento, a ver qué más es capaz de ofrecerme esta pedazo de crónica detectivesca. Yo diría que las cosas se van a poner aún más chungas por Baltimore.
5 comentarios:
No sabes lo que se te viene encima.
Muy buena reseña, Ovi. Me alegro de que te haya gustado tanto. Y como te dicen más arriba: aún te queda lo mejor por delante.
La conversación del ajedrez creo que es la mejor metafora que he visto en mi vida en la historia de la tv y el cine. Simplemente elegante, sencilla, brutal...
Vamos, que estamos todos de acuerdo en que la serie mola lo suyo. XD
yo voy por la tercera temporada y estoy que lo flipo. Empezamos a verla varios amigos y algunos de ellos ya la han dejado de ver pq dicen que no pasa nada y que es muy aburrida.
Pero DIOS!!!! si cada frase, cada palabra, cada gesto segun mi humilde opinion es brutal xDDDD.
Lo unico malo que mi novia esta enamorada de stringer (o como se escriba correctamente).
Lo bueno, que cada noche que vemos algunos capitulitos hay sesion de amor estilo Mc Nulty xDDD
Publicar un comentario