Como ya dije en la crítica de El invierno del dibujante, resulta curioso que por fin unos autores hayan dedicado un vistazo a los tiempos de Bruguera como ama y señora del cotarro del cómic en España durante gran parte del franquismo, con su sistema regio de publicación, sus condiciones austeras y su explotación tanto de dibujantes como de personajes. El caso es que por fin se trata este aspecto de aquella época, y ha sido todo en un mismo año con dos célebres obras de diferentes medios, una es el cómic, con la obra de Paco Roca anteriormente mencionada y la otra es el cine con esta película protagonizada por Santiago Segura que probablemente haya llegado a mucha más gente. No es casualidad que por fin se trate el tema y que sea al unísono, estos últimos años hemos podido ver la culminación de un paso progresivo del cómic a una normalización cada vez más evidente, gracias a adaptaciones fílmicas y el empuje de los medios tratando temas como la muerte de Steve Rogers o Civil War hará unos cuantos años.
El caso es que este filme de Óscar Aibar está a medio camino de la comedia arquetípica de la España de los años 60, con el tono clásico del típico anti-héroe protagonizando aventuras y desventuras, y de la tragicomedia con tintes de crítica social. El problema es que no termina de asentarse en ningún tono concreto, ya que comienza realmente como una comedia clásica, con el Santiago Segura más comedido que he visto en mucho tiempo, sin emplear todos sus tics y clichés, actuando según lo que le pide el papel, aunque éste le venga como anillo al dedo. Y es que Vázquez se ha convertido en toda una leyenda gracias a las mil anécdotas que protagonizó dentro de la editorial y en su propia vida privada. De todos es conocida su fama de mujeriego, bebedor empedernido, putero, adúltero y, sobre todo, deudor, que es su faceta más popular. Vamos, un Torrente a la antigua, pero más elegante y encantador, al menos a la hora de intentar timar al inocente de turno, mucho más sutil y zalamero.
Con un personaje protagonista como este, no es difícil divertirse con un filme repleto de gags de todo tipo, muy bien ambientado y con muchas ocurrencias, siendo su principal aliciente el encanto de las oficinas de Bruguera y la presencia de sus personajes de historietas, que incluso se presentan animados en ocasiones para arrancarnos una sonrisa. Destacan sobre todo Ibáñez, el redactor González, Rosa (esposa de Vázquez) y Peláez, junto al tipo que da nombre al título son los que llevan el peso del filme. Esta simplicidad es una virtud y a la vez una lacra para un biopic que podría haber sido más complejo, con un tema que daba para mucho más, especialmente tras haber leído el citado trabajo de Paco Roca. Las condiciones de la editorial, su censura, su forma de pago... todo se trata muy superficialmente. Los compañeros de trabajo del dibujante se mencionan de pasada o alguno tiene una aparición casi de "personaje invitado", no hay muchas anécdotas sobre ellos. Sólo Ibáñez destaca y por razones evidentes, es el más conocido de todos los dibujantes de aquella época en la actualidad y además es el contrapunto perfecto del protagonista, ya que en la editorial acaba siendo todo lo contrario a él.
En definitiva, la película queda finalmente como un esbozo, agradable, ligero y divertido de la vida de Vázquez, pero no deja de ser quizá demasiado caricaturista y, hasta cierto punto, algo infantil. Lo que resulta curioso, ya que un medio considerado más adulto como es el cine ha acabado mostrando este tema de una forma más liviana y complaciente que el cómic, bastante más crudo y documentado. Al final el talento de cada artista es quien da rigor a su trabajo, y no el medio en el que se presente. Este es un claro ejemplo de ello.
2 comentarios:
Y ahora voy y me entero por tu blog de que han hecho peli de El Gran Vázquez! xD Con los tintes de comedia clásica española es normal que la peli se quede en eso, pero bueno, al menos empieza a aparecer el cómic en nuestro cine.
Sí, al menos eso, y oye... que al menos la película está bastante bien, superior a la media de lo que solemos ver por cartelera. ¿O debería decir "solíamos"? Que últimamente hay cada peli en cines que pa qué: Cisne Negro, 127 horas (pronto caerá crítica), The Fighter, Enredados... Cómo se nota que llegan los Oscars.
Eso sí, una adaptación fiel y bien interpretada de El Invierno del Dibujante ya sería la hostia, vamos.
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