En la crítica de la primera temporada creo que pequé un poco de entusiasta. Es decir, la serie no es que sea en absoluto mala, es más, tiene grandes personajes, grandes argumentos, un gran gusto por el detalle y una trama central escondida que se va resolviendo de una forma cada vez más interesante. No solo eso, sino que siempre deja con ganas de más y la promesa de que irá todavía a mejor, gracias a la preparación de todos los elementos que va cociendo a fuego lento. Por ello, me enfrenté a esta segunda temporada con una enorme ilusión y grandes expectativas, lo contrario a cómo empecé a ver la anterior. Esto tiene un problema, y es que intentar desarrollar una serie según una trama central que se va desvelando poco a poco tiene el inconveniente de que debe ser capaz de colmar el ansia del espectador sin andarse con rodeos y creando los clímax adecuados. Fringe es cada vez más pretenciosa y más compleja, lo que lleva a hacer que el espectador sea cada vez más exigente. No se pueden dar pasos hacia atrás sin que la credibilidad y pasión del mismo por la serie se resienta unos mínimos.
Eso es más o menos y a grandes rasgos lo que ha ocurrido. Si analizamos fríamente ambas temporadas sería justo decir que esta supera en muchos aspectos a la primera. Sin embargo, la escalada tan prometedora que buscaba no se ha producido, de hecho me atrevería a afirmar que han intentado alargar en exceso la fórmula. No hay más que ver los primeros capítulos, con el final de la temporada anterior vimos a Olivia Dunham en un lugar inesperado con un personaje que parecía que iba a ser crucial para lo que iba a ocurrir a continuación. Ese momento se estira como un chicle. Para que podamos ver qué fue lo que se dijo y lo que ocurrió en aquel lugar, primero deben pasar unos cuantos episodios donde la agente del FBI debe enfrentarse a una inoportuna (u oportuna para los guionistas) amnesia que impide que todos puedan ponerse al día. El misterio se alarga, muere alguien importante y entonces llega la decepción: La serie, pese a todos los descubrimientos, sigue tal cual, con el mismo esquema en casi todos los capítulos, nuevos casos y pocas novedades. Hasta que llega el impactante y magnífico clímax, con varios momentos que llegan tarde pero no decepcionan.
Pese a que pueda parecer que ha ido a peor, no es el caso. Al menos, aunque se respete el mismo esquema episódico demasiado tiempo en mitad de la temporada, al menos sigue manteniendo todas las virtudes que ya presentó anteriormente: Los personajes siguen cambiando y desarrollan sus motivaciones, son tan carismáticos como lo fueron en el primer episodio sino más y el universo de la serie se va expandiendo, mostrando mil detalles que resultan fascinantes y atractivos. Además, los últimos capítulos muestran casi todas las revelaciones que faltaban ya por destapar, dando cohesión a toda la trama con una facilidad inusitada. Pero eso no es todo, la ruptura del esquema en los últimos capítulos de la temporada se agradece, ya que todo se vuelve más vertiginoso e interesante, mucho menos encorsetado y aburrido, como estaba siendo antes de éstos. Por ello, creo que estamos ante una temporada un tanto irregular, con momentos realmente brillantes tanto al principio como al final, pero con una mitad que si bien convence, resiente un poco el cómputo global, ya que la impaciencia se hace con un espectador que creía que con unas cuantas revelaciones importantes la cosa iba a cambiar. Por suerte, Walter Bishop sigue genial y la historia de su hijo Peter es revelada y está perfecta tal y como se cuenta. Por no decir que la serie tiene unos toques realmente geniales, como los cambios de intro o cierto episodio basado en un cuento.
Fringe sigue siendo muy buena, pero podría serlo aún más sin tantos intentos de estirar la trama y sin el susodicho esquema que le impide destacar entre muchas otras más galardonadas. Pese a todos los defectos, aún hay virtudes que hacen de ella una de las mejores apuestas televisivas de estos últimos años.
4 comentarios:
Mira por donde, con este comentario estoy mucho más de acuerdo que con el efusivo elogio a su primera parte. Adjunto mi comentario para verificar esto y acercar posturas:
http://mundosenparalelo.blogspot.com/2010/10/tv-fringe-temporada-2.html
Saludos en paralelo.
Vaya, mundos en paralelo, qué apropiado. ¿Serás mi versión del mundo alternativo? XD
Coñas aparte, sí que coincidimos bastante, sí. Y bueno, mi efusividad se ha visto mermada no por la decepción, sino una mirada más fría hacia una serie que detecto que podría ser aún mejor de lo que es. Aunque oye, tengo esperanzas con la tercera temporada, a ver qué me encuentro.
Por cierto, no sé qué te parecerá Lost (ahora revisaré tu blog en busca de reviews) pero a mí me pareció un espanto.
Jajaja...Podría ser yo un Ovidiolternativo? O tu un Alternatiñaki? Jajaja...
Veo que según avanza FRINGE vamos coincidiendo cada vez más. A mi la 3ª temporada (voy por el capítulo 12) me está gustando más que las anteriores, más cohesionada y sólida en planteamientos. A falta de ver por como se resuelve, la mejor. Veremos...
Y de LOST no he comentado nada, porque pese a que me gustaron sucesivamente más las tres primeras temporadas, la 4ª ya comenzaba a hacer aguas y la 5ª y la 6ª me parecen un desastre. Y su final una tomadura de pelo y un insulto al espectador inteligente al que parece que iba dirigida esta serie. Pero si tu comentas algo de ella estare encatado de escribir mis apreciaciones por aquí.
Saludos en paralelo!
Alternatiñaki, ¡no mola! ¡tu nombre suena mejor para esto! XD
Oye, pero mi blog... mi blog sí es Alternativo, jeje. Nunca me había fijado.
Todavía no he empezado la tercera temporada, cuando acabe de ver Spartacus entonces retomaré la serie, que tan buenas críticas está teniendo en los últimos capítulos. Y sobre Perdidos... ufff... yo dejé de verla cuando acabó la tercera temporada, me parecía que estaba desmadrándose tanto que ya perdí el interés. Luego vi el final y me pareció aberrante. Pero como no la he visto entera, me abstengo a hacer crítica.
Un saludo en Alternativa. XD
Publicar un comentario