Escoger una etapa característica de este personaje es realmente difícil, más que nada porque ha quedado demostrado que si en algo destaca es precisamente en etapas longevas en donde se desarrolla su status quo, parte de su idiosincrasia (especialmente la relacionada con América y su política) y en donde se reafirman los villanos. Por ello, escoger la cortísima pero intensa etapa de Roger Stern y John Byrne en la colección no es si no una idea más que acertada para captar a todo tipo de lectores, aunque hoy en día los habrán que prefieran aventuras más modernas con dibujantes más propensos a splash pages y composiciones más atrevidas. Todo esto subjetivamente hablando, claro.
Este tomo se puede dividir en tres partes. La primera está dedicada a un villano llamado el Forjador de máquinas, que tiene una facilidad inusitada para crear clones realmente peligrosos de personajes poderosos, así como la habilidad de rescatar a un viejo enemigo del Capitán. En un principio, parece una aventura un tanto repetitiva y poco interesante, en donde el protagonista debe enfrentarse a las diferentes amenazas de su escondido enemigo, para acabar luchando contra éste en su propia base. Como se puede notar, una premisa típica que, sin embargo, al final acaba mostrando un inesperado desenlace en donde las intenciones del villano están muy lejos de resultar tan predecibles como el desarrollo de la trama. Una trama, que por otro lado, aparte de tener su interés en la citada conclusión, demuestra gran pericia a la hora de dotar de interés el lado humano y cotidiano del personaje.
La siguiente parte está compuesta por un solo número que, por sí solo, compensa con creces la compra del tomo. Se trata de un enfoque magnífico para el Capitán América, que de haber sido desarrollado en más números con la misma intensidad habría resultado todo un ejercicio de lo que debería ser la política, lejos de los charlatanes sin principios con los que desgraciadamente contamos ahora. Simplemente, un partido quiere contar con el superhéroe para presentarse a las elecciones presidenciales de América. Creen que con un candidato como ese no podrían perder, y estaban en lo cierto, pero nadie contaba con la humildad, sinceridad y sentido común de alguien como Steve Rogers, que de otra manera no podría ser el héroe que es.
La tercera y última parte está compuesta por dos aventuras: una de Baltroc y Mr. Hyde que se podría considerar la más floja del tomo que nos ocupa, aunque aún posea cierto carisma y diversión. Sobre todo a la hora de retratar a estos villanos tan dispares, que es obvio que no se iban a entender entre ellos, de ahí la gracia de tenerlos como supuestos aliados. Pero la siguiente saga tiene mucho más empaque, al mostrar a viejos (y nunca mejor dicho) miembros de los Invasores y un villano más temible, tratado con mucha mano y burlando el Comics Code sin perder del todo el tono sombrío y terrorífico (muy al estilo de la Hammer, posada incluída) que la historia pedía a gritos. Aunque claro, sin perder el tono clásico y superheroico en ningún momento.
En cuanto al dibujo de Byrne, en ese aspecto no estamos en su mejor obra. Pero pese a ese detalle, Byrne sigue siendo Byrne, es decir, el dibujo nunca resulta mediocre y la narrativa es la más adecuada, especialmente a la hora de reflejar las batallas. Además, caracterizando a los personajes y mostrando los enfoques adecuados según la situación es todo un maestro del arte secuencial. Quizá le faltara un poco del preciosismo que fue capaz de alcanzar en X-men, Alpha Flight o incluso en los 4 Fantásticos, aunque todo esto también puede deberse a la ausencia de su tocayo Terry Austin, el entintador que mejor entendió los lápices del dibujante, aparte de él mismo.
En definitiva, un buen tomo que reúne todo tipo de historias: ciencia ficción, política, aventura, terror... Y enteramente ilustrado por Byrne, ¿qué más se puede pedir?
4 comentarios:
Yo me compré los dos tomos de la edición Marvel Gold y me salió más caro. Ahora esos números en un solo tomo por 9,90€ es una gran compra, indudablemente.
Espero con ansiedad el de Nick Furia.
En aquella época, Byrne andaba ya en "Los Vengadores" y no sé si compaginaba ya esos números con los "X Men". No están nada mal dibujados y Stern muestra su solvencia como guionista.
Muy interesante tu blog. Felicidades.
Impacientes Saludos.
"En cuanto al dibujo de Byrne, en ese aspecto no estamos en su mejor obra. Pero pese a ese detalle, Byrne sigue siendo Byrne"
Grandes palabras y muy ciertas. Me ha resultado una lectura un tanto extraña ya que esperaba otra cosa de él, pero eso no quiere decir que no me haya gustado. El momento en la primera parte del tomo cuando uno de los villanos reacciona ante la locura del otro uniéndose al capi me ha encantado, es algo que no saben hacer muchos escritores y es darle humanidad hasta a los villanos.
Juls, es lo malo de estas ofertas/reediciones, hacen que tu compra anterior te sepa a timo. Pero es lo que hay, sucede también con los DVDs y sus ediciones especiales.
PAblo, me alegro de que te guste el blog y gracias por la aclaración de la sobresaturación que parecía tener Byrne llevando dos series mensuales al mismo tiempo. Eso no se ve hoy en día ni de coña.
Goku_Junior, a mí también me gustó mucho como escribió Stern a Baltroc, pero es que siempre ha sido un personaje que se ha prestado a ello, nunca ha sido intrínsecamente malo.
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