Ocurre que, en ocasiones, creemos que el nacimiento de algún proyecto puede venir dado por el simple hecho de recaudar dinero aprovechando el tirón de alguna franquicia, género o temática que está en boga. El caso de Sherlock Holmes sería uno de esos, un personaje de ficción que proviene de la literatura y con el que de repente realizan algunas adaptaciones tras tanto tiempo confiando en las de siempre. Ha llegado una nueva época de oro para este detective de Londres, por lo visto, y esta vez la fidelidad parece que vuelve a ser otro de esos casos en los que parece no importar, al menos a los productores y si echamos un vistazo superficial a dos de las interpretaciones más famosas que se han hecho estos últimos años. Una sería la célebre película de Guy Ritchie, que cuenta con alguien como Robert Downey Jr. para dar vida al tan audaz detective, con Jude Law de acompañante y la otra es una serie de la BBC titulada simplemente Sherlock (intuyo que por eso de crear más paralelismos con House, su versión de la medicina) que cuenta en los papeles principales con los mucho menos conocidos Benedict Cumberbatch y Martin Freeman. La superproducción cinematográfica se tomó la libertad de darle un enfoque de acción trepidante al más puro estilo Indiana Jones a la creación de Arthur Conan Doyle, pero la serie de televisión tuvo la osadía incluso de ambientar las historias del personaje en la actualidad, con móviles, ordenadores, internet, navegadores GPS... todo tipo de cachivaches tecnológicos que en un principio no deberían pegar ni con cola con este victoriano detective. Por tanto, cabría pensar que la serie de la BBC es mucho menos fiel a las novelas que la película.
No es tan elemental, querido Watson.
Al final con menos recursos se puede hacer mucho más. Resulta que la serie de Sherlock de la BBC, con tan solo 3 episodios de hora y media cada uno, es mucho más fiel, apasionante e interesante que el filme de aventuras de Guy Ritchie. Y esto se debe a un guión muy bien calculado, con todos los detalles del detective expuestos no a modo de guiños, como ocurría en el largometraje, sino que poseen cierta importancia a la hora de zambullirnos en el universo de estos carismáticos personajes. Así pues, Sherlock es el primero que llama la atención, Cumberbatch puede parecer demasiado joven para interpretar a un detective con el que estamos acostumbrados a ver mayor, pero nada más lejos de la realidad, el actor capta a la perfección el desparpajo del personaje, la abrupta forma de tratar a la gente, su forma de pensar... está todo ahí, en el guión, en todos los diálogos, en la interpretación, todo. Pese a su edad, este es uno de los Sherlock Holmes mejor reflejados que se han visto, y lo mismo podría decirse del relajado pero obstinado Watson de Freeman, quien tampoco se queda atrás en cuanto a fidelidad y carisma. Todo está en su sitio y hasta la señora Hudson es metida dentro de la historia como casera en lugar de como ama de llaves. Teniendo al dúo protagonista en las mejores condiciones posibles y con todos sus detalles bien trasladados de época, ya solo quedaba que los casos fueran interesantes.
Y por suerte lo son. No importa que el escenario no sea la Londres antigua de las populares novelas a la que estamos acostumbrados, ya que los guionistas de la serie han puesto todo su empeño en que nos habituemos a ver a Holmes empleando todo tipo de recursos electrónicos para resolver sus crímenes. Pero lo mejor es que éstos no quitan validez a sus verbórricas elucubraciones, no restan dificultad a la hora de ver al detective tratando de resolver un caso a contrarreloj antes de que caigan más inocentes o, y esto le importa más que lo otro, antes de que pueda perder la oportunidad de desentrañarlo por sí mismo. En todo caso, el ritmo de los capítulos es perfecto, son como películas que recogen un misterio diferente, aunque todas tengan un punto en común que resultará familiar para los fans del protagonista. Además, la dirección es muy ingeniosa en ocasiones, con enfoques arriesgados y una ambientación muy digna, siendo muy llamativa la forma en que se muestran a veces, de forma literal, los pensamientos del protagonista a partir de los signos que tiene en mente, con estos flotando alrededor del actor con todo descaro. Así como frases, simples palabras o SMS.
Así pues, lo tiene todo a su favor para ser una de las mejores series que se ha hecho sobre el personaje. Es pronto para decir esto y tampoco es que yo sea el más adecuado para afirmar tal cosa, ya que todavía me queda mucho por ver de adaptaciones pasadas. Pero no cabe duda de que esta apuesta de la BBC ha sido probablemente la más atractiva de todas las que se han realizado con esta licencia últimamente. Después de ver cómo acaba el tercer episodio, hay muchas ganas de seguir viendo el resto, ya que tiene toda la pinta de que solo va a ir a mejor. Ahí estaré para verlo.
5 comentarios:
Bien bien! ahora mirate misfits XD. Y el año que viene segunda temporada de esta! uuu
Jajaja, te van las series inglesas, ¿verdad? XD
Naaaah xD Skins no me gusta
Me adhiero a casi todo lo que dices, con un pequeño pero... creo que la han cagado a base de bien con Moriarty. Tenía muchas, muchas esperanzas en esta serie, sobre todo por un comienzo prometedor, incluso a pesar del claramente excesivo histrionismo de Sherlock en algunas escenas... pero me da un poco de miedo seguir viéndola después del último capítulo.
Hola Loba.
Sobre lo que comentas, tengo la esperanza, algo ingenua eso sí, de que ese Moriarty no es el genuino. Spoilers a partir de ahora:
¿No notaste algo extraño en el tercer capítulo? Es decir, cuando la anciana recibe las llamadas, describe la voz de Moriarty diciendo que era muy, muy relajada. Y sin embargo, cuando aparece el tipo, resulta que habla casi como un muppet. ¿Por qué? ¿Era para despistar o realmente ese no es Moriarty? Yo mantengo la esperanza de que NO es él, sino un sicario más. Lo mismo estoy equivocado (que es muy probable), pero ya veremos.
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