Cuando se habla de secuelas, siempre se tiende a valorar mejor la primera parte por mucho que la siguiente entrega tenga características superiores en algún apartado. Esto no se debe solo porque se trate de la historia original y por ello tiene más valor, sino porque muchas veces se tiende a repetir premisas o situaciones y se pierde el factor novedad. Pero es mucho peor todavía el caso de la precuela. En esta no solo se trata de obtener el éxito a partir de las virtudes de la obra preliminar, sino que además debe convencer mostrando algo que ya se ha contado mediante flashbacks o frases, por lo que tiene una doble dificultad que pocas veces se supera. Peor todavía es la idea que se puede tener de la misma si para colmo viene a reducir el tiempo de espera en una temporada u otra, como ocurre con esta serie. Spartacus Blood and Sand fue un éxito de STARZ que obtuvo, por lo general, buenas críticas y el furor de su público, gracias a su propuesta y desinhibido tono. Cuando muchos nos enteramos de que la continuación quedaba lejos y que mientras tanto contábamos con este premio de consolación que es Gods of the Arena, no dimos demasiado crédito al invento. Estamos demasiado escarmentados.
Esta temporada de tan solo seis episodios, se sitúa en la época anterior a la llegada del propio Spartacus a la escuela de gladiadores del lanista Quintus Lentulus Batiatus, por lo que no contamos con el protagonista que da nombre a la serie en ninguno de todos estos capítulos. No es la única novedad, el status quo de Capua es, evidentemente, distinto al que conocíamos y ni siquiera la posición del mencionado Batiatus es la misma, ni tampoco la de su enemigo Solonius. También vemos personajes nuevos y otros conocidos en situaciones diferentes. El mayor interés radica en la forma en que se van posicionando todas las fichas en el tablero, para acabar dejándolo tal y como el propio Spartacus lo encontró. Debido a esto, existe el poco agraciado detalle de que sabemos en todo momento qué personajes pueden o no pueden morir. Que se tenga esta sensación en una serie tan visceral como esta es un problema, ya que lo realmente atractivo en la temporada original era el averiguar cómo se iba retorciendo la situación, cambiando a los personajes y perdiéndolos a la mínima ocasión.
Pero por suerte, todavía nos pueden sorprender muy gratamente. Porque por primera vez, al menos en mi caso, se desarrolla una precuela de forma que, aunque sabes quién y quién no puede morir, consiguen pillar al espectador con la guardia baja y se muestran momentos realmente impredecibles que para colmo coinciden perfectamente con lo narrado en la temporada original. Además, todos los ingredientes se mantienen: las luchas de gladiadores, los entrenamientos, las conspiraciones, las traiciones, enamoramientos, asesinatos, venganza... Todo lo que hizo grande a la serie se encuentra también aquí, y además no se hace repetitivo en absoluto. Quizá Batiatus sea el personaje más plano, al ser siempre tan meticuloso y manipulador, pero pese a todo mantiene todo su carisma y su relación con su padre acaba siendo de lo más interesante de la precuela. Ninguno del resto de los secundarios se queda atrás, Crixus demuestra ser un personaje de lujo, así como el retorcido Ashur, la dulce Naevia, el honorable Oenomaus y la vengativa Lucretia. Lo dicho, esta serie no es especial por ser tan escatológica y violenta, o por poseer un alto contenido sexual, lo es porque todo este refrescante (a veces cargante y gratuito, eso sí) y liviano tono se sustenta sobre un guión bien urdido con un plantel de personajes nada desdeñable.
Por eso, es una recomendación segura para todos aquellos que disfrutaron de Blood and Sand, es un buen complemento a la misma y en ocasiones incluso superior. Sabe a poco pero sorprende, sobre todo porque incluso el apartado técnico ha mejorado ostensiblemente, hasta el punto en que el tono casposo se ha perdido casi del todo. En resumen, pocas precuelas mejores he visto, y la verdad es que al día de hoy no se me ocurre ninguna que sea tan redonda como esta.
2 comentarios:
Para mi es lo que prometieron: algo con lo que pasar el rato mientras llega la continuacion, ni mas ni menos. Con ello no digo que no este de acuerdo en la mayoria de lo que dices, pero el resultado, aunque se disfruta y esta bien hecho, no creo que llegue en ningun momento a enganchar como lo hacia la serie original.
La precuela me ha parecido mejor que la primera temporada. Los efectos especiales son mejores y la historia es francamente buena e interesante.
Le sobra sexo e imágenes gore, pero eso le pasa a toda la serie.
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