Compruebo, no sin decepción, que esta segunda temporada de V acaba en un estupendo capítulo 10 en el que por fin la serie demuestra su potencial, pero quizá demasiado tarde. Y es que si hay algo que achacar a este extraña nueva versión de la mítica serie de los ochenta es que nunca termina de despegar. Lo cual resulta irónico, porque es una expresión casi literal, ya que Anna y los Visitantes jamás terminan de iniciar su dichosa invasión y la trama conspiratoria entre mentiras y verdades acaba estirándose como un chicle realmente extensible e inabarcable. No obstante, si hay algo que moleste especialmente de esta temporada, es que acabe justo como acabó la anterior, demostrando lo horrible que quedó ese espantoso paso atrás que fue el primer episodio de ésta, que lejos de atreverse a cambiar el status quo de los personajes y su entorno, lo que hizo fue regresar a lo de siempre para mostrar a una Quinta Columna que aún está muy lejos de resultar convincente o carismática. Adjetivos que se encuentran ausentes también en casi todos los personajes y conceptos de la serie. Aún así, no todo es un desastre, y el mencionado capítulo 10 es un ejemplo de que algunas cosas sí se han hecho bien. Paso a desglosarlas.
Esta temporada, pese a todos los defectos (que son muchos), es superior a la anterior. Alrededor del capítulo cinco, empieza a resultar más interesante de lo que jamás fue la primera. Por fin se va desvelando el plan de los Visitantes, Erika adopta una posición bastante más activa, cierto personaje de la serie antigua regresa con un rol diferente para tirar de los hilos agilizando las conspiraciones, hay muertes realmente importantes y algo más de acción. Por desgracia, muchas de estas virtudes acaban convirtiéndose en espejismos, y algunos secundarios dan giros sobre sí mismos, siempre reiterando sus acciones y actuando según una personalidad plana desprovista de interés. Ryan es un buen ejemplo de ello, siempre protector de su retoño capturado con síndrome de Estocolmo, jugando al tira y afloja con ambos bandos sin jamás llegar a un punto claro. Es más, la temporada prácticamente se puede resumir en intentos infructuosos por parte de los bandos enemigos para acabar con el contrario que llevan a un final en donde uno de ellos acaba obteniendo por fin una posición más ventajosa. Pero poco más se puede destacar, la verdad.
Lo peor es que lo más molesto no es nada de lo comentado, lo realmente desquiciante en esta serie es la falta abrumadora del gusto por el detalle. Es decir, la mitología de los Visitantes resulta inexistente, siendo las únicas muestras de sus pocas costumbres e idiosincrasia aquellos momentos que son homenajes a la serie clásica, que se muestran forzados al aparecer repentinamente para luego olvidarse de ellos, no entran orgánicamente dentro de la realidad de la serie. Luego, además, el acabado técnico sigue siendo realmente aberrante, injustificable, con un CGI cantoso y un diseño desprovisto de todo ingenio o personalidad. El interior de las naves de los V sigue siendo frío, sin gracia y con unos utensilios que parecen más juguetes sacados de Hasbro que tecnología alienígena aterradora, que en algunos momentos es lo que se supone que buscan. Todo esto tiene más importancia de lo que parece, ya que son numerosas las escenas que transcurren dentro de la nave, un lugar vacío en donde los personajes se pasean como Pedro por su casa, en donde aparecen pantallas en cualquier lugar y la vigilancia es totalmente inexistente. Por todo ello, la credibilidad se viene abajo, siendo realmente alarmante el hecho de que todo el mundo pueda acceder a cierta celda tan solo conociendo su existencia. Esto y más es lo que hace que la serie resulte mediocre por mucho que se esfuerce de lo contrario con algún inesperado momento deslumbrante. Que tampoco son muchos.
Por tanto, esta temporada es una mejora con respecto a la anterior, pero insuficiente a la hora de poder valorarla como algo más que una serie torpe con mucho potencial. Sin embargo, es ahora, tras el brillante episodio final, cuando deberían seguir hacia adelante sin mirar atrás. Esperemos que renueven para una tercera temporada que calle muchas bocas. Pueden hacerlo, pueden mostrar un final más que decente, los elementos están ahí y se han desecho de varios lastres. Mientras no den de nuevo pasos de cangrejo, la serie aún puede terminar con la cabeza bien alta. Crucemos los dedos.
2 comentarios:
Jolín, estoy totalmente de acuerdo. Y en el fondo me dará pena que la cancelen porque hay cosas muy interesantes: El cambio de actitud de Erika, Anna en general, y sobre todo Lisa, un personaje cuyo potencial no hace más que aumentar (sólo el potencial, por desgracia)...
Y, como dices, ese gran capítulo final de la temporada, sniff!!
(Eso sí, Jane Badler da para muuucho más jugo del que le han sacado).
Hay algo ahí, algo... algo que podría destacar, que podría molar, que podría llegar a algo más que lo que se ve en ese oceano de mediocridad. Pero eso si quieren y pueden, si no... va a ser un mierdote serio esta serie. Esperemos que no, a ver si hay suerte y remonta aprovechando todo lo que han dejado en bandeja.
(Jane Badler daba para mucho más, qué duda cabe. Aunque oye, con la frase esa de "Así se mata a una madre" casi que me convencieron, oye)
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