En verdad, pocas labores más arduas y complejas se me ocurren en el mundillo del cómic USA que sustituir a grandes autores que marcaron cierta tendencia durante una etapa concreta. Algunos equipos creativos, de hecho, marcan a muerte una colección durante un tiempo, es lo malo de las creaciones cuyos derechos no los poseen los creadores o no tienen un final concreto. Hablo de series como Spider-man, Daredevil, X-men... cualquiera de las protagonizadas por los personajes del universo Marvel o el universo DC. Grandes ejemplos podemos encontrar para afirmar que es muy difícil que una colección vuelva a remontar tras haber ofrecido algo magnífico durante una temporada. Pasó en Daredevil con Miller, pasó en Hawkman con Johns, pasó en X-men tras Morrison y ahora está pasando en esta serie de Astonishing tras Whedon.
La sombra de Whedon y Cassaday es alargada, por lo que Ellis y Bianchi se enfrentaban a la inevitable memoria de una etapa compacta y memorable. Por muy bien que lo hicieran, siempre serían observados bajo el prisma de lo visto anteriormente, las comparaciones se vuelven inevitables, así como las altas expectativas. Y lo cierto es que Warren Ellis es uno de los guionistas más imprevisibles e irregulares que se pueden encontrar hoy en día, lo mismo ofrece una maravilla (sus Thunderbolts los metería en dicha categoría) que basura ilegible (la trilogía de Ultimate Galactus), por lo que la polémica estaba servida. Aún más con el acompañamiento de los lápices de Bianchi, con un estilo completamente opuesto al visto por Cassaday.
La trama es más simple de lo que parece a simple vista: El grupo principal capitaneado por Scott Summers se enfrenta a un misterioso asesinato de alguien o algo que parece un mutante pero no lo es, las investigaciones del homicidio llevarán al equipo a viajar por diferentes partes del mundo para enfrentarse a un viejo conocido que urdirá un ambiguo plan para detener una amenaza que podría acabar con el mundo entero. A grandes rasgos y sin "spoilear" demasiado, esa es la trama de esta saga titulada Ghost Box (Caja fantasma, literalmente), una trama que gracias a la verborrea de Ellis y a un torpe desarrollo parece mucho más de lo que es cuando en una relectura se explora su intrigante premisa. Es el problema de los guiones que pretenden ocultar un gran misterio, si éste no resulta lo suficientemente impactante el resto debe auparlo con grandes momentos o un desarrollo impecable, que es precisamente por donde más cojea la saga.
Profundizando en ella, podemos encontrarnos con las típicas contradicciones del heroísmo, la fina línea que separa lo que está bien de lo que está mal. El "villano" (mucho énfasis en las comillas) no parece tal cosa en cuanto se observa la forma en que los X-men lo solucionan todo, quizá con un poco de hipocresía por su parte. Esto puede crear cierto conflicto a la hora de certificar si esos comportamientos son coherentes con los personajes que los cumplen, por lo que existe cierta incomodidad al ver lo mucho que han cambiado, aunque Ellis demuestra de sobra que los conoce mucho mejor que otros guionistas que ni siquiera se molestan en leer la etapa inmediatamente anterior a la que van a escribir. Por lo que saltamos a las virtudes que la saga posee, que se encuentran en unos más que competentes diálogos que no tienen mucho que envidiar a los mostrados por Whedon, con unas interacciones entre personajes realmente fantásticas, como puede ser la de Emma con Ororo, que está realmente genial y debería ser un referente a la hora de volver a escribir a ambas juntas. Aparte, si existe un personaje desaprovechado y mal utilizado hoy en día, esa sería sobre todo Ororo Munroe, que en manos de este guionista por fin muestra ciertos destellos del carisma que poseía antaño que son muy del agrado del fan mutie.
Por otro lado, Bianchi no logra que nos olvidemos tampoco de Cassaday, y no será por no intentarlo, ya que su lápiz es preciosista, detallado y compositivamente maravilloso en cada página que realiza en esta saga, superándose a sí mismo. Sin embargo, todo este bello barroquismo esconde una lacra, ya que mientras que las composiciones de páginas (con las viñetas y los encuadres más variados que uno pueda concebir) son realmente imaginativas, no se puede decir lo mismo de una narrativa harto confusa y por momentos asfixiante que no da la impresión de que los personajes "respiran" o se muevan, están gélidos en sus poses, lo cual impide que nos impliquemos del todo en la trama. Aparte, los diseños no son lo mejor, con un toque demasiado sci-fi (acorde con lo que suele mostrar Ellis en sus series más personales, pero no con los X-men) que se torna demasiado surrealista en ciertos momentos, sobre todo en lo que se refiere a algunas criaturas que poseen un diseño que raya el exceso.
En definitiva, no es el mejor trabajo de Ellis en la editorial, pero tampoco el peor. Unos grandes diálogos y una trama original no impiden que el resto de los defectos hagan mella a algo que podría haber estado mucho mejor aprovechado. Pese a todo, gracias a la personalidad de sus autores y sus intentos por ofrecer algo nuevo, sobresale de la media que los mutantes nos tiene acostumbrados últimamente.
2 comentarios:
Ellis carece de algo que le sobraba a Whedom y que llenaba cada pagina: amor por el genero y los personajes. No digo que el ingles no los conozca, es un profesional, y se molesta en hacer bien su trabajo,... pero se ha pasado muchos años diciendo a todo el que quisiera escuchar que odia los comics de supers, y eso, por mas que siempre cumpla, se nota, sus mejores ideas, siempre las deja para otro tipo de proyectos
Por otro lado, Bianchi podra gustar mas o menos como ilustrador (a mi su estilo, aunque dibuja muy bien, me carga un poco, y no me gustan nada sus diseños) pero como dibujante de comics, es bastante flojo
Hombre, si te soy sincero Anónimo, creo que Ellis sí siente cierto amor por los personajes de X-men, o al menos así me lo parece, viendo lo bien que los escribe. Además, debe ser el trabajo más cercano a Planetary de todos los que ha escrito para Marvel. No es el más redondo por culpa del dibujo y cierto desarrollo lento y torpe que ha echado por tierra la posibilidad de que la saga fuera algo más de lo que ha acabado siendo.
Pero en verdad, veo aquí al Ellis dispuesto a hacer las cosas bien, y sobre todo muy alejado del género de superhéroes. No obstante, los X-men se pueden permitir el sci-fi más auténtico sin que ello extrañe mucho a los fans.
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