domingo, 19 de junio de 2011

Misfits - Primera Temporada

Os ha hecho creer que así es cómo debéis ser. ¡Pero no es verdad! ¡Somos jóvenes! ¡Se supone que debemos beber mucho, portarnos mal y follar hasta que se nos revienten los sesos! Estamos hechos para la fiesta. ¡Es así! Si, algunos tendremos sobredosis o nos volveremos locos, pero Charles Darwin dijo, “No puedes hacer una tortilla sin romper unos cuantos huevos”. Y de eso va todo esto: De romper huevos. Y por huevos, me refiero a tomarnos un cóctel de primera. [...] Lo teníamos todo, ¡la jodimos más y mejor que cualquier otra generación! ¡Éramos tan hermosos!


Nathan Young. Misfits Primera Temporada Capítulo 6.

Lo cierto es que ese excelente monólogo, fuera de contexto, tiene la mitad de la fuerza que posee en boca del genial Robert Sheehan, que interpreta al repelente y a la vez entrañable Nathan. Mucho se ha hablado de Misfits desde que se estrenó su primera temporada. Muchos la califican como un retrato fidedigno de la generación actual: despreocupada, hilarante, irresponsable, violenta, desinhibida, amoral, ambigua, inmadura... Todo un compendio de calificaciones negativas que, sin embargo, en esta serie se presentan como algo positivo, genuino e incluso recomendable si se quiere ser alguien único y con personalidad. En extensión, todos esos adjetivos hacen justicia al carácter general de esta temporada.

La premisa no puede ser más sencilla: cinco jóvenes obligados a realizar servicios comunitarios tras realizar delitos varios son alcanzados por un rayo que les concede diversos poderes. Sin más.

No necesita de más explicación, simplemente la tormenta que lanza dichos rayos crea estragos por toda la ciudad, por lo que nuestros poco modestos protagonistas no son los únicos cuya genética se ve removida de arriba a abajo. Pero serán quienes lleven el hilo conductor de esta primera temporada, en donde veremos a lo largo de sus seis capítulos cómo unas personas tan dispares sobrellevarán esas habilidades tan especiales en su día a día. Y no, por tener poderes no se disfrazan, ni deciden hacerse justicieros ni tampoco villanos. Como cualquier persona de a pie, lo único que hacen es sobrevivir y llevar sus vidas del mejor modo posible, y esto es intentando pasar desapercibidos y arreglando los desaguisados que ellos mismos cometen sin desearlo, ya que no todos los poderes serán tan fáciles de controlar. Jamás verás una forma mejor de representar lo que haría alguien con poderes similares a los que vemos en estos seis capítulos.

Por ello, esto no se parece a Héroes, ni a X-men, ni a nada del estilo. Es una serie políticamente incorrecta con montones de escenas subidas de tono, con todas las características que la permiten poseer, sin ningún tipo de vergüenza, todos los adjetivos enumerados en el segundo párrafo de esta misma reseña. Gracias a esto, estamos ante una rara avis de la televisión, que se apoya en unos personajes sorprendentemente carismáticos, antihéroes absolutos que caen bien pese a su falta de respeto hacia el mundo. Son la fórmula perfecta: los típicos perdedores que prácticamente se enorgullecen de serlo, que no están en una situación mejor porque quieren, porque no precisan de mucho más de lo que ya tienen. Son vulnerables, emocionales y hasta se equivocan continuamente. Como tú, como yo o cualquier joven de todas las generaciones, unos más y otros menos, pero imperfectos al fin y al cabo. No es raro pues que digan que se trata de un fiel retrato de la juventud actual.

Pero dejémonos de buscar moralejas, frases intelectuales o la dichosa doble lectura de rigor. Si Misfists es genial, si destaca o mola es por una razón más que simple: ¡es jodidamente divertida, hostias!

3 comentarios:

Unknown dijo...

"¡es jodidamente divertida, hostias!"

Y no hay más que decir. Es grandiosa como ella sola y con unos personajes que ya quisiera Héroes haber tenido (o siquiera que alguno de los suyos le llegara a la suela de los zapatos de los misfits).

Espero que te guste la segunda temporada.

Ovi-One dijo...

Gracias, ya estoy deseando verla. Quizá me ponga ahora a ello.

Y sí, no se puede comparar con Héroes, o mejor dicho: Héroes no le llega ni a la suela de los zapatos. Más quisiera.

José M. García dijo...

Efectivamente. El discurso de Nathan resulta uno de los manifiestos generacionales más subversivos de la historia y termina de confirmar a la 1ª temporada de Misfits no como una serie de superhéroes, sino como un retrato generacional (incluso los poderes de cada uno no dejan de ser metáforas de sus miedos, inseguridades o anhelos).

Una primera temporada prácticamente perfecta (con tres últimos capítulos magistrales) cuyo recerso es una 2ª temporada que, al menos a mí, no me ha gustado nada.