La idea de los team-up ha sido siempre un riesgo creativo. Dedicar una colección a dos personajes populares posee el handicap de que el autor no tiene el permiso de trastocar nada relacionado con el status quo de los protagonistas, sobre todo porque éstos suelen tener varias series regulares en las cuales se supone que debe ocurrir lo importante. Por ello, no suele ser muy interesante el hecho de que personajes con mucho marketing a sus espaldas tengan sus propias aventuras a dúo, para que ello funcione el guionista debe conseguir simplemente entretener con historias más o menos imaginativas sin que quede forzada la unión de los implicados. Un ejemplo podría ser el clásico World´s Finest, que para quien no lo sepa se trata de la colección en donde se unen los Mejores del mundo según la editorial DC, que vienen a ser Superman y Batman. Hace poco, tuvimos una serie regular de ambos, que empezó con Jeph Loeb a los guiones, en ella el guionista se atrevió incluso a cerrar algunas tramas que arrastraban los personajes en sus respectivas series, pero lo cierto es que por lo general se trataban argumentos en donde todo debía ser a lo grande y debía acabar en la misma saga donde comenzaban. Ese sentido del espectáculo y la maravilla funcionó más o menos bien (en cuanto a ventas, la calidad de las historias ya es otra cosa) y Marvel se fijó en ello, por lo que aprovechó para dar rienda suelta a sus dos estrellas más populares: Spiderman y Lobezno.
¿Y qué guionista se encargó de tan atractivo proyecto? Pues alguien que ya los escribió muy bien en su momento, Jason Aaron, concretamente en la serie regular del canadiense, en la famosa saga En mi pellejo (Lobezno v4, 48, edición española), donde ya se analizaba la relación que podían sostener dos personajes tan opuestos como estos. No obstante, tampoco es esta la primera vez que protagonizan algo juntos, ya que recientemente hemos podido ver la miniserie titulada La materia de las leyendas y muy célebre es aquel número que los unió por primera vez en los años 80 en una cabecera, bajo el título de Marea Alta. Sin embargo, podríamos asegurar, sin temor alguno de equivocarnos, que jamás habían protagonizado juntos una aventura tan entretenida e impactante como la que nos ocupa. Con el nombre de Otro bonito follón, Aaron da rienda suelta a su vena cómica, sin dejar de lado la épica y la introspección, con un grandísimo uso de la continuidad, para ofrecer uno de los trabajos más completos que haya realizado nunca este diamante en bruto en la editorial Marvel. De hecho, me resulta imposible pensar que pueda superarlo en un futuro, porque esto es lo que podría llamarse un momento culmen de su carrera en la Casa de las Ideas.
¿Suena exagerado? Puede ser, pero en un tiempo en donde el decomprensive storytelling está a la orden del día, en el cual seis números han dejado de ser demasiados para narrar una sola historia, la verdad es que sorprende que aún exista un autor que esté dispuesto a meter una enorme cantidad de conceptos por viñeta. Y es que Aaron consigue aunar lo mejor de todos los autores notables de la actualidad: una imaginación desbordante a la altura del Morrison más inspirado, el conocimiento de conceptos del universo Marvel que posee Hickman, la provocación de Mark Millar cuando en ello era insuperable y un tratamiento de personajes que recuerda al mejor Peter David. Lo mejor de lo mejor en una sola saga que es tan fascinante como entretenida, cuya premisa podría ser una chorrada absoluta si no fuera por lo ingenioso que es el desarrollo. Nunca una saga sobre viajes en el tiempo y futuros alternativos había sido tan bestia y atractiva como esta, y para colmo todo tiene sentido y nada resulta gratuito, siendo una historia valiente y arriesgada, absolutamente impredecible con un buen puñado de giros argumentales sorprendentes. Es más, podría decirse que se realiza la mejor historia jamás escrita para cierto villano que debería ser rescatado más veces porque es perfecto como excusa para aventuras de este estilo.
Si a todo esto añadimos a un Adam Kubert pletórico, dándolo todo y a un nivel como hacía tiempo que no le veíamos, podemos decir, sin temor a equivocarnos, que se trata de una cita imprescindible para cualquier aficionado de Marvel que se precie de serlo. No solo refiriéndonos a aquellos que disfrutan con las historias de Spiderman y Lobezno como protagonistas, no, ya que el tomo abarca mucho más. Lo dicho, una joya destinada a convertirse en un clásico moderno.
4 comentarios:
Muy de acuerdo me ha gustado mucho esta saga, enormemente entretenida, dinámica, con momentos épicos unos, divertidos otros, creo que es de lo mejor de Marvel que he leído este año.
Aaron a mi es un guionista que me encanta, su Scalped es magistral, de su paso por Marvel solo había leído aquel Pantera Negra en plan 300 en plena Invasión Secreta y nada más ya que ni Lobi, ni Ghost Rider, ni Punisher me llaman hoy en día demasiado, sin embargo este cómic casi me da ganas de comprar la recién renumerada serie del garras.
Por dios Fer1980, ¡¡corre a comprarte la etapa de Aaron en Lobezno, insensato! No te quedes solo con lo que vendrá ahora con la renumeración o te perderás muchos grandes momentos. Y quien avisa no es traidor, es cierto que este tomo con Spiderman es una pasada y muy superior a lo que te recomiendo, pero es que está a un nivel similar en cuanto a imaginación, gran desarrollo y tratamiento de personajes.
Es más, hice una lista de los cómics en edición española que debías comprar para seguir todos los números de Aaron en Lobezno sin necesidad de tragar morralla de ningún tipo. Aquí la tienes: http://www.pammhg.com/viewtopic.php?p=19772#p19772
E insisto, pongo la mano en el fuego y digo que esos números te gustarán. Sobre todo "En mi pellejo", que es una pequeña joya.
Con "debías comprar para seguir todos los números", me refería a "se deberían comprar para tener todos los números". Que lo he escrito mal. XD
Gracias por el comentario Ovidio, en esta época se agradecen mucho porque son escasos no, lo siguiente.
A lo dicho. Por lo que parece este tomo gusta a propios y extraños, cosa que hace mucho tiempo que no veía en la blogosfera.
Saludos.
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